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Ciudades y agricultura, amenazan a los bosques

Por el bien de la humanidad se deben conservar los bosques y los demás ecosistemas porque son fuentes de recursos y sitios para la existencia del resto de las especies, cuya presencia es fundamental para nuestro bienestar.

“Cuando cambiamos un suelo cubierto de vegetación natural a otro con fines de aprovechamiento humano, hay un detrimento de la cobertura natural y si ese cambio se da para la expansión urbana es muy difícil que el bosque pueda regenerarse.

Si es por expansión agrícola también se pierde una cantidad importante de vegetación natural”, alerta el especialista en Ecología y Manejo de Recursos Forestales, Diego Pérez Salicrup.

Y es que dice que en la medida en que las ciudades y las zonas agrícolas se expanden y se reduce la cobertura vegetal natural, se pueden generar problemas de salud importantes.

¿Cómo es que se dan estos problemas de salud?

El investigador explica que las especies que viven en los ecosistemas forestales tienen menos espacio, reducen sus poblaciones y pueden aumentar los males que experimentan. Refiere que muchos son vertebrados y las enfermedades que los afectan pueden mutar y convertirse en afecciones para el Homo sapiens o para las especies que aprovechamos.

El también director del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM, Diego Pérez, comenta que por ejemplo, la gripe aviar que comienza en alguna especie puede mutar, afectar a aves silvestres y luego a aves de corral y otros vertebrados, como se presume que sucede con los lobos marinos en la costa de Perú.

“Tenemos que ser conscientes que la actividad humana, causante de una pérdida de cobertura natural de forma irreversible, tarde o temprano se refleja en un aumento de la cantidad potencial de enfermedades que nos afectan como especie. La forma de evitarlo es tratar de favorecer la integridad de los espacios naturales”.

 Y es que comenta que la principal amenaza para los ecosistemas naturales, incluidos los bosques, es la actividad humana y, en especial, el cambio de uso de suelo.

Ante ello, considera que un gran reto para mantener los bosques y demás ecosistemas, es impulsar una agricultura sustentable, aprender a producir respetando la integridad de la vegetación natural.

Hoy los bosques de coníferas y encinos de Michoacán sufren una fuerte presión para ser sustituidos por plantaciones de aguacate, que desde el año 2000 comenzó su expansión.

Lo mismo ocurre en las zonas áridas de Jalisco, donde el ecosistema natural de selva baja o bosque estacionalmente seco se ha cambiado por plantaciones de agave azul, a fin de satisfacer la demanda de tequila.

A nivel mundial, por ejemplo, los bosques tropicales del Amazonas se deforestan de manera brutal. Hace unos años era para impulsar la ganadería, hoy es para la siembra y aprovechamiento de una palma de origen africano, utilizada en la industria de la alimentación, la farmacéutica y los cosméticos.

Lo mismo ocurre en Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia donde hay grandes plantaciones de soya que tiene un mercado inmenso, principalmente en China; es un gran motor de la deforestación, asegura Pérez Salicrup.

Aquí en México, las zonas más críticas de deforestación se localizan principalmente en la Península de Yucatán -Campeche, Quintana Roo y Yucatán-, así como en los estados de Chiapas, Michoacán y Jalisco. PdC.

 Foto de Ricardo  CL.

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