Al Paciente con Amor

Que el frío no te agarre indefenso; más vale prevenir

*Se viene fuerte la temporada invernal y con ella, males respiratorios

*Medidas preventivas: continuar con el cubrebocas, etiqueta respiratoria…

 CDMX, Noviembre 30/23.- Cuando a un pequeño se le “hunden” las costillas, no quiere comer, tiene fiebre alta, respira rápido, la saturación de oxígeno está por debajo de 90 y sus labios se ponen morados, hay indicios de que están comprometidos sus pulmones y eso sugiere que tiene neumonía.

Y es que la temporada de frío estará acompañada por el incremento de enfermedades respiratorias; por el momento en infantes se registran casos de neumonía y bronquitis (o reacción bronquial inflamatoria), así como de influenza, advierten especialistas de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

La jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la entidad universitaria, Rosa María Wong Chew, alerta que la mayor cantidad de sucesos de esa enfermedad, sobre todo en los pequeños, se registrarán de diciembre a enero, cuando se registra la etapa fuerte de invierno.

En temporada invernal, lo primero es la prevención, pero si los menores ya presentan dichos síntomas, es primordial acudir de inmediato con el médico pues la neumonía y la bronquitis son la cuarta causa de muerte en todas las edades en el mundo, y la segunda en menores de cinco años.

En nuestra nación, las infecciones respiratorias agudas son uno de los 10 principales orígenes de enfermedad; en tanto, la influenza y la neumonía son la tercera razón de fallecimiento en menores de cinco años, de acuerdo con datos oficiales de 2019.

Atención en las señales

Cuando se desarrolla rinitis, faringitis, amigdalitis, rinosinusitis o laringitis, se presentan síntomas como tos, fiebre, mocos (amarillos, verdes o transparentes, dependiendo de si se trata de bacterias o virus), o dolor de oído.

Al pasar a los pulmones se observa dificultad respiratoria, porque el patógeno impide el intercambio de gas en esos órganos y una oxigenación adecuada, explica Rosa María Wong.

Este año apenas estamos comenzando y vemos la presencia del virus sincitial respiratorio (causante de bronquiolitis y neumonía), que sigue siendo el patógeno más frecuente, seguido de rinovirus e influenza.

Wong Chew puntualizó que se presentan millones de infecciones respiratorias, pero no todas derivan en neumonía. Ello depende del estado de salud previo del paciente, si tiene comorbilidades, si su sistema inmune está comprometido, etcétera.

En la niñez, la mayoría de los casos se quedan en infecciones leves en vías respiratorias altas y, en ocasiones, se desarrolla una grave.

Alto a la automedicación 

Víctor Gómez Bocanegra, académico del Departamento de Salud Pública, refiere que la mayor cantidad de las infecciones en vías respiratorias son virales, cuya atención consiste en tomar abundantes líquidos y algunos medicamentos para disminuir los síntomas.

Y el uso de antibióticos se requiere solo cuando la persona presenta una infección bacteriana asociada a, por ejemplo, Mycoplasma pneumoniae, por ello, hace un llamado para evitar la automedicación, pues solo el especialista es el indicado para prescribir el tratamiento a seguir.

Como medidas preventivas, sugirió la vacunación disponible “antes de que haga más frío”; ahora se lleva a cabo la campaña contra la influenza y hay que aprovecharla, ya que aunque los biológicos no evitan que las personas se enfermen, sí previenen un cuadro grave.

El experto resaltó la importancia de tomar medidas preventivas.

Una persona infectada, al hablar, toser, estornudar o limpiarse la nariz, expulsa microgotas las cuales podría aspirar una persona sana y contagiarse; de ahí la importancia de tomar medidas preventivas.

Y una de ellas, es continuar con las medidas que aprendieron en la pandemia: uso de cubrebocas, sobre todo por parte del enfermo o de quienes están a su alrededor.

Lavado de manos frecuente con agua y jabón, o uso de alcohol en gel al 70 por ciento; etiqueta respiratoria (cubrir nariz y boca con un pañuelo desechable al toser o estornudar, o hacerlo en el ángulo del codo).

Reducir el tiempo de estancia en lugares concurridos o poco ventilados; permanecer a un metro de quienes tosen o estornudan; evitar saludar de mano o de beso, así como tocar la cara, entre otras acciones. PdC.

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