No solo los humanos debemos alimentarnos bien para estar saludables, resulta que también los animales deben comer adecuadamente para que al momento de consumirlos nos provean de los nutrientes que nuestro organismo requiere para estar en óptimas condiciones.
Te platicamos que científicos mexicanos crean concentrados vegetales a base de chícharo, arroz, maíz, soya y amaranto para alimentar a la trucha.
CDMX, Enero 12/24.- Investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la UNAM, formulan un alimento balanceado para peces trucha arcoiris, mediante productos de origen vegetal que contienen nutrientes, proteína y lípidos.
El objetivo es lograr un producto nutritivo para estos peces, a fin de sustituir los tradicionales elaborados con harina de pescado, que resultan costosos y contaminantes.
Se trata de obtener un comestible que disminuya la cantidad de fósforo que tiene el comercial, con efecto benéfico en el mediano y largo plazos, que no afecte el crecimiento de los animales y cuyo costo sea equiparable o menor al de la harina actual.
Explica Luis Héctor Hernández Hernández, especialista del Laboratorio de Producción Acuícola de dicha entidad académica.
Señala que desde hace más o menos 13 años, a partir de 2005, trabajan en el laboratorio esta línea de investigación que les permitió llegar a la formulación (ha sido patentada) preliminar a base de proteína de soya y polvo de espirulina.
Menciona que recientemente han empezado a utilizar exclusivamente concentrados de proteína de origen vegetal a partir de chícharo, arroz y maíz; e incluirán soya y amaranto.
Hernández Hernández, quien dirige el proyecto en el que colaboran estudiantes de licenciatura y posgrado, detalla que probablemente la trucha arcoiris es una de las primeras especies introducidas en el centro de México y el Estado de México, donde se ubica la FES Iztacala.
Organismo carnívoro
Esta especie es un organismo carnívoro que se alimenta de otros peces en su hábitat natural, mientras que en los criaderos se utiliza harina de pescado como fuente principal de proteína. El problema es que ésta se obtiene de una fuente no renovable; es decir, continuamente se pesca para ello.
Como consecuencia se genera fuerte competencia entre los acuicultores y, por ende, aumento de precios en el producto. Además, las pesquerías marinas han llegado a un tope, lo que significa que en un futuro no haya posibilidad de aumentar la cantidad de organismos que se extraen del mar para su elaboración y, en consecuencia, disminuya la producción de harina de pescado.
Alternativas
Bajo esa perspectiva es que buscan fuentes alternativas de alimentación para el subsector acuícola. Considera que los alimentos más adecuados son los de origen vegetal.
En la actualidad se elaboran otras opciones como la harina de insectos o unicelulares derivadas de la levadura, incluso de microalgas, pero aún no es suficiente la producción para cubrir las necesidades de la acuicultura.
En el caso de los insumos de origen vegetal existe mayor número de opciones disponibles y en cantidades suficientes para hacer frente a esa situación.
El fin que buscan con este producto nutritivo es que las truchas tengan un alimento balanceado basada en proteína de origen vegetal que no afecte su crecimiento, sustentable y que sea equiparable, en términos económicos, al costo de la harina de pescado.
Alimentación, producción y reproducción
La investigación que realizan en la FES Iztacala incluye la producción y reproducción de peces. Por ejemplo, a los productores de trucha arcoiris les interesa que crezcan bien, que alcancen suficiente peso en un tiempo relativamente adecuado, de seis a nueve meses, desde la cría hasta la etapa adulta.
También revisan ese crecimiento con respecto a la dieta comercial que regularmente emplean los productores.
Revisan algunas respuestas inmunológicas de los organismos. Cuando los peces están en cultivo por lo regular pueden generar enfermedades, entonces si no están bien alimentados y presentan deficiencia de algún nutriente podrían enfermar, o bien, por el ataque de algún patógeno.
Examinan la expresión de algunos genes relacionados con el crecimiento y la respuesta inflamatoria.
En ocasiones las harinas de origen vegetal, según como se procesen, pueden generar inflamación del intestino y, en el largo plazo, causar una enfermedad denominada enteritis, lo que impide que los peces absorban de forma adecuada los nutrientes, no crezcan y, a final de cuentas, morir.
La respuesta a la formulación elaborada por los universitarios ha sido diferente. La selección de los organismos en centros de producción privados, federales o estatales ha favorecido que algunos tengan mejor respuesta ante estos de origen vegetal.
Es por ello que este año se han dado a la tarea –financiados por el Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología– de seleccionar peces con mejor crecimiento, a fin de generar organismos que consuma exclusivamente esos alimentos sin ningún problema, tengan un buen crecimiento y no enfermen, y sean adecuados para el consumo de la población. PdC.