Ciencia y Tecnología

Explorarán las entrañas de Kukulcán

CDMX, Febrero 21/24.- Con rayos cósmicos explorarán las entrañas de la pirámide de Kukulcán para comprobar la existencia de alguna cámara oculta en la segunda subestructura, por debajo del emblemático edificio.

Luego de registrar las dos cámaras ya conocidas de la subestructura uno, denominadas del Jaguar y de Chac Mool, se procederá a explorar el resto de lo que hay debajo de la pirámide de 30 metros de altura.

El Instituto de Física (IF) de la UNAM participa en el proyecto internacional NAUM, siglas en inglés de Muografía para usos Arqueológicos No Invasiva, mediante el cual se espera obtener, a partir del verano próximo, la “radiografía” de la pirámide de Kukulcán, en la zona arqueológica de Chichén Itzá, Yucatán.

La meta, es obtener la imagen de las “entrañas” de El Castillo, con la ayuda de detectores de rayos cósmicos, explicaron el investigador y exdirector de esa entidad universitaria, Arturo Menchaca Rocha; y el profesor e investigador de la Universidad Estatal de Chicago (CSU), Estados Unidos, Edmundo García Solís.

¡Rayos!

Los rayos cósmicos que llegan a nuestro planeta desde el universo están compuestos en 90 por ciento por núcleos de hidrógeno (protones). Este tipo de radiación posee una energía tal que al “bombardear” la atmósfera terrestre se producen otras partículas.

Inicialmente se trata de los llamados piones, de cuyo rápido decaimiento resultan los muones.  Estos últimos son partículas penetrantes que constituyen la radiación de origen cósmico, cargada eléctricamente, y más abundante, que incide sobre la superficie terrestre, explica el científico Menchaca Rocha.

Los  muones son partículas elementales cargadas que llegan del cielo por colisiones en la atmósfera y que, a diferencia de otras, como los neutrinos, se pueden detectar y contar en cierta área, por unidad de tiempo y de energía.

“A muy altas energías, llega uno por kilómetro cuadrado por año; en cambio, de poca energía hay muchos. De hecho, a nivel del mar, hay un muon atravesando el área de una de nuestras uñas cada minuto”, describe García Solís.

Antes de colocar en Chichen Itzá, el detector (que se construye en Chicago) se probará en las instalaciones del IF, donde se planea tomar datos para “ver” con ayuda de los muones al acelerador de partículas de 5.5 MeV (mega electron volt) que posee la dependencia a través del concreto de su edificio.

Después se llevará al sitio arqueológico maya y, a partir de que comience a funcionar, la “radiografía” de El Castillo tardará seis meses en completarse, concluyeron. PdC.

Foto de TonyNojmanSK.

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