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El racismo y la discriminación envejecen

Todos sabemos que conforme cumplimos años la juventud va desapareciendo; que la edad cronológica o la biológica es la que nos lleva a envejecer, pues no. Resulta que hay otros factores como el racismo y la discriminación que aceleran el envejecimiento.

Los estudiosos dicen que el racismo en la salud puede propiciar depresión, ansiedad, disminución de la autoestima, ira, e incluso, conducir a pensamientos suicidas y consumo de sustancias, entre otros efectos a nivel social. Pero ahora, un estudio descubre nuevas consecuencias por racismo.

La investigación publicada en la revista JAMA Network Open, realizada por neurocientíficos y psiquiatras de destacadas universidades estadounidenses señala que éste genera impactos en el cerebro relacionados con el envejecimiento avanzado, el cual se observa a nivel celular.

Los neurocientíficos que participaron en el análisis utilizaron datos autoinformados o mediciones biológicas que les permitieron analizar los efectos del estrés en el cuerpo y el cerebro humano. El estudio reveló datos preocupantes en torno a las consecuencias del racismo en las personas que lo experimentan.

En el caso de las mujeres negras que fueron expuestas a mayores episodios de racismo mostraron conexiones más fuertes en las redes cerebrales involucradas en la rumiación y la vigilancia, dos tipos de actividad cerebral que están relacionadas con  el envejecimiento biológico acelerado.

Según dicho estudio, los estresores relacionados con la raza, incluida la discriminación racial, alteran la velocidad con la que se suscita el envejecimiento biológico de las personas. Lamentablemente, este tipo de estresores son un problema  al que las personas negras se enfrentan de manera constante desde pequeños.

Las vivencias de discriminación activan el sistema de respuesta al estrés y se ha encontrado que propician una mayor actividad en las regiones cerebrales que procesan las amenazas entrantes.

La investigación que contó con la participación de mujeres negras, también observó que la mayor exposición a la disciminación racial genera reacciones en dos áreas del cerebro.

La primera, llamada coeruleus, una región cerebral que activa la respuesta al estrés y promueve la excitación y vigilancia.

La segunda recibe el nombre de precuneus y es un nodo perteneciente a una red cerebral que se activa cuando pensamos en nuestras vivencias e internalizamos o reprimimos nuestras emociones.

Estas dos regiones del cerebro son las encargadas de reacciones de afrontamiento al estrés como la rumiación, que implica revivir y analizar un evento una y otra vez,  y la vigilancia, que es un estado de alerta ante posibles amenazas, las cuales implican un gasto energético que repercute a nivel biológico, pues propician el envejecimiento celular acelerado.

Dichos cambios cerebrales se miden a través de un reloj epigenético que indica cómo el entorno afecta nuestro envejecimiento a nivel molecular, por lo que estos indicios demuestran que otra de las consecuencias del racismo es acortar la vida útil de las personas, ya que estos estímulos tienden a incrementar la edad biológica de un individuo.

A través de sofisticadas herramientas de análisis, los investigadores han demostrado que el racismo no solo afecta la salud mental y social de las personas, sino que también tiene efectos profundos a nivel celular.

La lucha por erradicar el racismo y la discriminación no es sólo un asunto de responsabilidad social y equidad, sino un problema de salud pública que perjudica la calidad de vida, el desarrollo psicosocial de las personas y hace mella en su longevidad. PdC.

Con información de Expok.

Foto de Karolina Kaboompics.

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