Una película que mezcla humor, efectos de criaturas monstruosas, y entrevistas delirantes con personas extravagantes. Dirigida y coescrita por Anthony Cousins, conocido por sus segmentos en Scare Package, Frogman nos lleva a una feria de sustos estilo pietaje encontrado, criaturas de pesadilla, y un bizarro encanto que no pide disculpas por su rareza.

La historia sigue a Dallas Kyle (Nathan Tymoshuk), un cineasta en ciernes que, tras haber filmado un supuesto encuentro con el legendario Frogman en 1999, regresa años después a los bosques de Loveland, Ohio, decidido a obtener pruebas irrefutables de que la criatura existe. Como era de esperar, su obsesión no es compartida por sus amigos, Scotty (Benny Barrett) y Amy (Chelsey Grant), quienes lo acompañan a regañadientes en su misión. Entre bromas y discusiones, se lanzan al corazón del bosque, cámara en mano, con la esperanza de capturar a el mítico bicho en acción.

Lo divertido de Frogman es cómo se toma en serio su propia ridiculez. Anthony Cousins nos sumerge en un mundo donde las leyendas urbanas cobran vida, pero sin perder de vista que la premisa es completamente absurda. El equipo de Dallas se siente como un grupo real de amigos, que no paran de molestarse entre sí mientras exploran lugares turísticos ridículos llenos de merchandising de Frogman . Sin embargo, el verdadero toque de autenticidad viene de la elección de filmar en Hi-8, dándole al metraje esa estética casera que tanto gustó en películas como El Proyecto de la Bruja de Blair.

El que Frogman juegue con múltiples formatos de video mantiene la atmósfera de “metraje encontrado”, no se trata solo de una excusa para ocultar un monstruo mal iluminado. La película corta entre ángulos y calidades de imagen diferentes para mantener la acción dinámica y dar una sensación de caos creciente. Esta técnica no solo añade tensión, sino que también sorprende en más de una ocasión, casi como si la película misma estuviera jugando con la audiencia.

El caos aumenta en el clímax, cuando descubrimos que el “Frogman no es solo un anfibio gigante, sino una criatura mucho más letal y… ¿mágica? Sí, porque en un giro inesperado, este monstruo no solo corre y salta por el bosque, sino que también lanza hechizos con una varita encantada. La mezcla de terror, humor absurdo, y momentos desconcertantes con sus hechizos hace de Frogman una experiencia salvaje y divertida, llena de sobresaltos y risas inesperadas.

Con un final que lleva el horror a otro nivel, Frogman podría parecer una locura sin sentido, pero funciona. Anthony Cousins logra construir un mundo inmersivo y fascinante a pesar de sus limitaciones. Y aunque el romance entre Dallas y Amy añade un toque melancólico inesperado, la película nunca pierde su tono desenfadado. Así que, si buscas una mezcla de horror, humor, y lo-fi cinematografíco, Frogmanes tu monstruo perfecto. Por mucho. PdC.

Crítica de Antelmo Villa.

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