Ya llevamos siete días del 2022 y del mes de enero, y antes que avance más el tiempo, queremos platicarles del origen del nombre de los meses del año.
Desde que el papa Gregorio XIII instauró en 1582 el calendario gregoriano, en la mayoría de los países del mundo comenzamos un nuevo año el 1 de enero y tenemos que esperar doce periodos (de entre 28 y 31 días) para volver al principio.
A esos periodos que componen un año les llamamos «meses» (del latín mensis) y tienen relación con las 12 constelaciones del zodiaco.
Pero no siempre fue así, en la antigua Roma se regían por el calendario juliano que constaba de diez meses y empezaba en marzo por el inicio de la campaña militar. La mayoría de los nombres de aquel calendario mantienen su raíz con los del nuestro, pero en otro orden y con dos sustituciones. ¿Qué tal si lo vemos por partes?
Enero, del latín ianuarius, es un mes con 31 días y está dedicado al dios Jano, el dios de los portales, el del principio y del fin. De ahí que su imagen esté representada por dos caras: una que mira al este (oriente) y la otra al oeste (poniente); es decir, por donde sale el sol y donde se pone.
Febrero, dedicado al dios Februs, el dios de la purificación. Los romanos celebraban la februalia o fiesta de la purificación el día 15 de este mes y consistía en que los sacerdotes romanos golpeaban a los viandantes para purificarlos de sus faltas con februas: tiras de cuero que hacían de los animales expresamente sacrificados. Es el único mes variable y el más corto: puede ser de 28 días o de 29 si el año es bisiesto.
Marzo, del latín martius, dedicado a Marte, el dios de la guerra; por eso los romanos antiguos comenzaban su año en este mes con las campañas bélicas. Consta de 31 días.
Abril, del latín aprilis, a su vez de aprire (abrir), cuando en Roma comienza la primavera y empiezan las flores a abrirse y a desarrollarse la vegetación. Abril, de 30 días, es el mes dedicado a Venus (Apru): diosa de los jardines, de la belleza y del amor.
Mayo, del latín majorum que significa «mayores», para referirse a los ancianos o protectores del pueblo a manera de homenaje; también suele atribuírsele a la diosa romana Maya (del latín maius) en cuyo honor el primer día de este mes (de 31 días) se plantaba un árbol llamado «mayo», símbolo de la primavera.
Junio, proviene de iunius, dedicado a Juno, la diosa del hogar, protectora de la mujer, del matrimonio y de los nacimientos; otra versión dice que, en oposición a mayo dedicado a los mayores, este mes se ofreció a los jóvenes y proviene de juniors. Tiene 30 días.
Julio, procede de iulius y está dedicado a Julio César porque nació en este mes (en el calendario juliano se llamaba quintilis, porque era el quinto mes empezando por marzo). Se representa con un segador recolectando el trigo, ya que era la época en la que se llevaba a cabo esta faena. Consta de 31 días.
Agosto, del latín augustus, dedicado a Gaius Octavius Turinus, sobrino nieto de Julio César y más tarde llamado César Augusto por haber restaurado la república y terminado con las guerras civiles. Como no podía ser un mes con menos días que julio, lo romanos le quitaron un día a febrero y lo agregaron a éste, por eso tiene 31 días.
Septiembre, del latín septem (siete), séptimo mes cuando el año empezaba en marzo. Está dedicado al dios Vulcano y se representa con escenas de vendimia (recolección de la uva para hacer el vino; no con la venta, que es el significado que ahora se le da); se compone de 30 días.
Octubre, del latín octo (ocho), octavo mes en el calendario juliano con 31 días. Está representado tanto con la vendimia como con la siembra.
Noviembre, del latín novem (nueve). Para los antiguos romanos no era tan especial como es para los mexicanos, cuyos primeros días reverencian a sus muertos. Es de 30 días.
Diciembre, del latín decem (décimo en el calendario juliano), dedicado a Vesta, la diosa del fuego de hogar; se representa con un esclavo que traslada una antorcha encendida en alusión a las fiestas saturnales, cuando se relajaban las normas sociales. Tiene 31 días. PdC.
La información fue tomada de la Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición.
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