Al Paciente con Amor

No existe el “gordito feliz”, 2/2

“Prefiero ser una gorda feliz y no una flaca amargada” es solo un argumento de defensa que en el fondo no refleja la realidad que vive una persona obesa porque lo cierto es que la obesidad y el sobrepeso son padecimientos que impactan todos los aspectos de la vida.

Como ya lo mencionamos, afecta no sólo de manera biológica, también tiene repercusiones psicológicas y en el ámbito social.

Por eso es que el especialista en bariatría, David Montalvo Castro, deja muy claro que dado el aumento de personas con obesidad o sobrepeso en el mundo, es que se está viviendo una pandemia con repercusiones mayores a lo imaginado.

Blanco de agresiones

En el ámbito psicológico, la persona que padece de obesidad se comporta habitualmente con una fijación o regresión oral, es decir, busca la satisfacción a través de la comida para calmar la angustia y ansiedad.

Además es blanco de constantes agresiones verbales y de severos estereotipos por parte de terceros. Pero eso no es todo, vive en un mundo “hostil” que no está hecho a su medida.

“Las empresas y las personas no tienen en mente hacer, por ejemplo, espacios para los obesos, banquetas especiales, sillas acordes a su tamaño y peso en restaurantes, cine o en transportes -avión, camión, auto-, o simplemente fabricar ropa y calzado de su talla”.

David Montalvo Castro, miembro del Colegio Mexicano de Bariatría, considera que la angustia más grande que puede vivir un obeso es su diálogo interno, es el crítico más duro y agresivo que se humilla a sí mismo y la mayoría de las veces usa palabras soeces.

Sufre en todos los sentidos al mirar su imagen reflejada en espejos, aparadores o vitrinas. “En su afán de querer bajar de peso, suele comprar o conservar ropa de talla más chica, porque desea adelgazar”.

Desarrolla también algunas habilidades o adopta ciertos comportamientos como contar chistes, ser el amigo confidente, el que atiende a todos, el más servicial, el que trata de ser muy simpático, como estrategia para caerle bien a los demás y no ser rechazado.

De ahí que podríamos afirmar que no existe el “gordito feliz”.

En la esfera social el obeso tampoco la pasa bien. Sabe que “como te ven te tratan” y que existe la discriminación porque la ha vivido. Aunque en México el grupo de personas con sobrepeso y obesidad son mayoría, se comportan socialmente como una minoría en desventaja.

Sabe que en el mundo laboral tendrá mejores posibilidades de desarrollo una persona esbelta y con buena apariencia que una corpulenta.

Considera que el sobrepeso y la obesidad no es cuestión de estética, es un problema grave de salud, es una enfermedad devastadora.

Resultado de malos hábitos

El exceso de grasa corporal es el resultado de malos hábitos alimenticios y el desequilibrio entre la cantidad de energéticos que se ingieren a través de los alimentos y el gasto de energía que se tiene.

La solución a la obesidad es atacar la causa, y el origen de este mal son los malos hábitos que si no se modifican el problema seguirá creciendo.

Si una persona come bien y gasta la energía que consumió, “no se desarrolla obesidad aunque se tenga una predisposición genética o en la familia ascendente todos sean obesos”.

La obesidad es la puerta grande a un sin número de efectos adversos: diabetes, hipertensión, niveles elevados de grasa en sangre que provoca que aumente el proceso de ateroesclerosis y se tapen más rápido las arterias.

Quien la padece puede tener un infarto o una embolia, una trombosis, un accidente vascular, además “hay ciertos tipos de cáncer que se vuelven más frecuentes en obesos”; lesiones en articulaciones y columna, ovarios poliquísticos y problemas de vesícula biliar.

Pero no sólo esas complicaciones, dice el especialista, también provoca hígado graso que si no se atiende degenera en cirrosis y la persona puede morir.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es el estado de bienestar del individuo en tres esferas principales: la biológica, la psicológica y la social, y es precisamente en estas áreas que la obesidad como enfermedad, afecta a la persona que la tiene.

Por ello es que se requiere de profesionales de la salud con un alto nivel de especialización, para poder frenar el avance de la obesidad y el sobrepeso.

Pero insistimos, es desde casa que debemos comenzar a cuidar nuestra salud mediante una alimentación sana libre de “productos chatarra”. De poco sirve que las autoridades de salud restrinjan el consumo de esta clase de “comida”, si en casa las pasamos por alto.

Recordemos que la prevención es la mejor medicina… MM/PdC.

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