Aislamiento, molestia de los ruidos fuertes, movimientos repetidos e involuntarios o intolerancia a los cambios, son algunas de las señales que podrían indicar que el pequeño posiblemente pueda tener un trastorno del desarrollo.
En ese caso es cuando los padres deben asistir a consulta y exponer al especialista lo que está sucediendo a su hijo, pues el diagnóstico y atención temprana es importante para que un paciente con síndrome de Asperger, pueda integrarse a la vida de una mejor manera.
La paidopsiquiatra de la Clínica de Neuropsiquiatría, Maritza Jiménez Jiménez, considera que todos los padres y personas cuidadoras, deben poner atención ante las manifestaciones de un posible trastorno generalizado del desarrollo (TGD).
Por ejemplo, cuando los padres se dan cuenta que su hijo no interactúa como otros de su edad, no responde a la gente que lo saluda, se aísla, no es recíproco, no tolera los cambios, le molestan los ruidos fuertes, le incomodan las etiquetas de su ropa, texturas, algunas consistencias de los alimentos o hacen movimientos involuntarios repetidamente, es importante llevarlos con el especialista.
El diagnóstico y atención a quienes viven con síndrome de Asperger está a cargo de especialistas en psicología, psiquiatría y neurología, quienes son los indicados para dar seguimiento a lo largo de la vida de estos pacientes.
Dichos expertos podrán detectar y tratar comorbilidades como pudieran ser epilepsia, ansiedad, alteraciones del sueño, depresión, además de intervenciones enfocadas a mejorar las conductas sociales y de afrontamiento de las dificultades de la vida cotidiana de personas con el síndrome.
El síndrome de Asperger es un tipo de trastorno generalizado del desarrollo, dentro del espectro autista. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que éstos en conjunto afectan a uno de cada 160 infantes en el planeta; en este contexto, el Asperger es considerado una de las variantes de autismo menos severas.
No obstante es vital sensibilizar a la población para que se comprenda la naturaleza de este padecimiento del espectro autista y se reconozca a las personas que viven con esa condición.
Y para ello, la especialista del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Maritza Jiménez Jiménez, señala que la psicoeducación es una de las principales herramientas para mejorar la calidad de vida de personas con esta condición social y de salud.
La psicoeducación ayuda a potencializar las capacidades de los pacientes con este síndrome; terapias en las que se incluye a los familiares cercanos y se fomenta un entorno de apoyo que no obstaculice el proceso de rehabilitación funcional del paciente con síndrome de Asperger. PdC.