Quien diga que las mujeres no podemos lograr lo que nos proponemos no creo que conozca la historia de la primer mujer médico-cirujano en México, y que abrió el camino en el mundo de la medicina para el resto de mujeres que la siguieron. Así que tomen asiento y acompañen esta lectura con una rica tacita de café.
Estoy hablando de Matilde Petra Montoya Lafragua, una mujer que nació en la Ciudad de México el 14 de marzo de 1859. La doctora Montoya no tuvo fácil el camino para lograr su meta, ya que en su época este tipo de estudios (y todos) estaban considerados como algo exclusivo para los hombres.
Gran parte de ese logro fue gracias a su madre Soledad Lafragua, quien la indujo a la lectura; a los cuatro años Matilde ya sabía leer y escribir.
A pesar de que su padre, José María Montoya, no estaba de acuerdo con que estudiara, le pago estudios particulares cuando ella fue rechazada de la Escuela Primaria Superior.
Matilde Petra era tan buena estudiante que a los 13 años presentó examen para convertirse en maestra de primaria, pero por la edad no le dieron el puesto. Esto no la hizo rendirse y se inscribió en la carrera de Obstetricia y Partera de la Escuela Nacional de Medicina; lamentablemente su padre murió y ya no pudo costearle los estudios.
Pero el incidente no la detuvo y a los 16 años logró el título de partera en la Escuela de Parteras y Obstetras de la Casa de Maternidad; así es como dio inicio su trabajo como auxiliar de cirugía.
A los 18 años se muda a Puebla y realiza una carrera exitosa, pero esto no dura mucho tiempo, ya que la envidia de algunos médicos hace que lleven a cabo una campaña de desprestigio y la acusan de masona y protestante.
Por esa situación, llega a la Ciudad de México y se inscribe en la Escuela Nacional de Medicina en donde es aceptada; a pesar del apoyo de compañeros y autoridades educativas, algunos docentes y alumnos opositores piden que verifiquen sus estudios de bachillerato, ya que por estudiar escuelas particulares no le aceptaban su documentación.
Al no dejarla revalidar sus estudios o cursarlas en San Ildefonso, hace algo que era impensable para esa época, y sobre todo para una mujer, es escribirle al mismísimo presidente de México, Porfirio Díaz.
Don Porfirio al leer lo que sucedía “sugiere” al director de esa casa de estudios que diera las facilidades a Matilde para cursar las materias que hicieran falta.
Después de muchas vicisitudes termina sus estudios con buenas notas, prepara la tesis y solicita su examen profesional; después el problema que se suscitó fue que en la Escuela Nacional de Medicina se hablaba de “alumnos” no “alumnas”, pero esto no la detuvo y nuevamente contacta al presidente, quien envía una solicitud a la Cámara de Diputados para actualizar los estatutos y se permitiera a las mujeres graduarse como médicos.
El 24 de agosto de 1887 presentó su examen teórico-práctico, teniendo como invitado de honor al presidente Porfirio Díaz; después de dos horas y haber contestado correctamente el examen, la aprobaron por unanimidad.
Posteriormente presenta su examen práctico y los sinodales la nombraron como la primera mexicana con el título de doctora de la Facultad de Medicina de México.
La doctora Matilde Petra Montoya Lafragua muere el 26 de enero de 1938 a la edad de 79 años y deja el camino abierto para que otras mujeres puedan acceder a la escuela de medicina.
Una gran mujer que nació en una época más difícil que la actual, así que quien diga que las mujeres no podemos, no conocen de lo que somos capaces cuando nos lo proponemos.
Qué opinas de esta gran mujer a la que no se le ha dado el reconocimiento que merece, cuéntanos si sabías de ella. CM/PdC.