Me gustaría platicarte un poco sobre tu amiga la de los seguros. Un buen día una persona conocida la invitó a ser Agente de Seguros, se le hizo que nunca podría hacerlo, sentía que era complicado y muy difícil aprender, pero le interesó porque su gran labor sería apoyar a sus amigos y conocidos a protegerse de lo inesperado.
De entrada le hicieron varias entrevistas y exámenes para poder ser parte del equipo de ventas, y ya aceptada tuvo que tomar un curso intensivo de varios días, que se maneja en casi todas las aseguradoras.
En ese curso se aprende desde la historia de los seguros hasta las bases técnicas y diferentes ramos de seguros que existen; nada fácil y presentando exámenes diarios y un examen final, que quien no lo pasa, no puede continuar con el proceso.
El ingreso de tu amiga la de los Seguros fue a una Promotoría, así comúnmente se le llama a las Gerencias de Ventas, la cual tiene como cabeza a un Gerente o Promotor, con un equipo de apoyo para asistir a los agentes en todo lo administrativo y auxiliar en acompañamientos para los nuevos integrantes.
Como pueden ver, un agente nunca está solo, siempre tiene un gran respaldo y coaching por parte del Promotor.
Las compañías aseguradoras tienen programas continuos de capacitación en productos y entrenamiento en ventas, así como certificaciones y cursos diversos para tener todas las herramientas necesarias para intermediar correctamente seguros.
Todo ello, para ofrecerte el mejor servicio y asesoría para que tu riesgo se transfiera correctamente, incluso existe el IMESFAC que es El Instituto Mexicano Educativo de Seguros y Fianzas AC dónde la especialidad son los cursos para personal de Aseguradoras y Afianzadoras y Agentes.
A los seis meses de practicar en campo para la venta de seguros y recibir una capacitación intensa, el agente obtiene su cédula; porque no están ustedes para saberlo ni yo para contárselos, pero una de las profesiones que no puede intermediar sin autorización con una cédula extendida por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, es un Agente de Seguros.
Si creían que solo un Notario, un Director Responsable de Obra, un Valuador, un Médico, etc., la necesitaban, pues el Agente de Seguros también; así que se tiene que presentar un examen de acuerdo al tipo de seguros que se venden y después tramitar la cédula ante la Comisión.
Ningún agente puede vender sin este documento oficial y para que tú estés seguro que tu amiga la de los seguros es agente real, puedes pedirle su cédula y te la mostrará.
Esta cédula tiene una vigencia de 3 años y cada vez que se vence se debe volver a hacer examen y tramitar una vez más; tanto examen como cédula tienen un costo para el agente y así lo ha hecho tu amiga la de los seguros durante muchos años, aunque quizá tú no lo sabías ni lo imaginabas.
Adicional a este documento, la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas pide que cada Agente tenga una Póliza de Responsabilidad Civil por cualquier error u omisión que pudiera cometer, y las aseguradoras piden una fianza.
Ser Agente de Seguros es una Gran Responsabilidad por lo que nunca se deja de estudiar y actualizar. Un agente siempre está al día y entre más estudia tú amiga la de los seguros más sabe sobre el tema, más quiere estar cerca de ti porque su objetivo es blindar tu economía y la de tus seres queridos.
Tú dirás… ¿tu amiga la de los seguros será de confianza y conocerá de seguros?
Platica con ella porque en la vida será una gran compañía, estará cuando no le das una cita, estará cuando decides comprar un seguro, pero mejor aún estará cuando desafortunadamente suceda el riesgo que aseguraste y estará para decirte “no te preocupes la aseguradora paga”.
Por Queta Alarcón.
Foto de Sora Shimazaki en Pexels