Por el día conmemorativo al Día Internacional de la Mujer, nos ponemos a mirar nuestro pasado y encontramos la historia de Carlota de Bélgica, la primera mujer que gobernó México.
La primera gobernante mujer, Carlota de Bélgica llegó al país junto a su esposo Maximiliano de Habsburgo en 1864 tras la intervención francesa, y fue en aquel momento que se instauró lo que se conoce como el Segundo Imperio Mexicano.
La figura de Carlota, ha sido estudiada a lo largo de los años, y dentro de ella la “locura” que la acorraló, la dejó marcada hasta el día de hoy.
Sin embargo, fue una mujer estudiada, letrada, con gran conocimiento. Hablaba varios idiomas, entre ellos el alemán, francés, español, inglés, italiano, y con estos estudios, otros más dentro de la política; ella fue educada para gobernar. Esto lo podemos ver en las leyes que estableció y promovió para que se aplicaran durante su regencia.
El gobierno que Carlota pretendió instaurar en México se vio opacado por la figura de su esposo, el archiduque, con quien compartió sus ideales políticos. Sin embargo, el trabajo que hizo la emperatriz fue loable; buscó establecer una educación laica y gratuita. Leyes que llegaron mucho tiempo después.
Resulta interesante que cuando llegaron a México para instaurar un Imperio, al momento de reflejar sus posturas políticas ambos eran liberales, pues incluso Maximiliano invitó a Benito Juárez a trabajar en conjunto por el país y le ofreció el cargo de Primer Ministro, el cual rechazó.
La visión que trajeron de Europa se plasma en el proyecto constitucional que elaboró la emperatriz, pero alcanzaría a promulgar el Estatuto Provisional del Imperio Mexicano.
La relevancia que tuvo Carlota en nuestra historia es importante porque se convirtió en la primera mujer en gobernar México, que para aquella época era inimaginable, ya que en esos tiempos no era bien visto que las mujeres trabajaran para el gobierno o se dedicaran a la política. PdC.
Por Luisa García.