Hace un par de días una amiga y yo platicábamos de los vegetales que no deben hacer falta en casa y yo le dije, para mí un producto indispensable es el limón, a lo que ella contesto: “yo puedo prescindir de él puesto que no me gusta ponerle ni a caldos ni comidas, además esta caro”.
Yo con mi cara de es el número uno en mi lista del mandado me dije; los limones son ricos en vitamina C, refuerza tu sistema inmunológico y además te ayuda a compartir resfriados y gripes leves; el zumo contiene potasio que estimula las funciones cerebrales y nerviosas y además ayuda a controlar tu presión arterial.
Se me quedó viendo cómo dudando un poco y saqué mi libro de herbolaria, aromaterapia e infusiones naturales y empezamos a leer.
El limón es una fruta de sabor agrio de las más alcalinas qué hay y eso ayuda a equilibrar el PH en el cuerpo; asimismo es uno de los alimentos más alcalinos que hay, ricos en fibra y pectina sustancia que sacia el hambre y los antojos y por consiguiente es un buen aliado para bajar de peso.
Un punto más a favor es que nos apoya en la desintoxicación de nuestro organismo, impulsa a nuestro hígado a producir bilis, un ácido que se requiere para la digestión y reduce la acidez estomacal y estreñimiento.
Y si hasta aquí todavía no te convenzo de que los limoncitos deben estar en el refri seguiré platicándote de sus beneficios; es un alimento diurético que te ayuda a darle salud a tus riñones, te limpia la piel de manchas, ayuda a minimizar cicatrices y reduce las líneas de expresión.
Te ayuda a combatir problemas respiratorios, problemas de tos, asma y alergias, y ahí te va el plus de este pequeño fruto, si con esto no te decides a consumirlo diariamente entonces me doy por vencida, pero el zumo de limón te ayuda a deshacerte del estrés gracias a la vitamina C.
¿Entonces qué decides? Brindamos con una agüita de limón. VTL/PdC.
