El sueño de todo padre de familia es que sus hijos sean felices, un anhelo difícil de hacer realidad pensaríamos, cuando todos los días nos enteramos del maltrato que sufren miles de ellos, y lo peor, muchas veces a manos de los propios padres. Sin embargo, los expertos dicen que es sencillo que un niño sea feliz.
Hacer que un niño sea feliz de pronto parece muy complejo, pero en realidad es muy sencillo; ¿cómo?, sería la pregunta inmediata. Con respeto a su esencia de niño, “si lo valoramos, si lo vemos y le damos tiempo, si lo conocemos y le damos espacio”, seguro será una manera importante de hacerlo feliz.
Debemos respetar sus áreas sociales, promover que el pequeño pertenezca a un grupo, incluirlo en actividades físicas y recreativas, o llevarlo a un ambiente escolar en donde él se sienta respetado y valorado, considera la doctora Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).
Que el tipo de educación sea el adecuado para desarrollar diferentes habilidades y hábitos en su vida cotidiana, señala la directora del centro, Claudia Sotelo.
En el afán de los padres de familia por hacer felices a sus hijos, algo que no debe escapar, es el poner límites, pues a veces el amor se desborda y se encamina hacia lo material o hacia permitir todo.
En una entrevista a distancia con Pláticas de Café, la especialista en psicología infantil, enfatiza que sobre todo hay que establecer límites pues de pronto la felicidad de los niños se asocia con cuestiones materiales y en realidad lo que los pequeños necesitan es ser respetados, ser vistos y ser queridos. PdC.
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