Miscelánea

Infancia saturada de cursos, sin tiempo para ser niños

Que si el curso de karate, que si el de inglés, que si de pintura, que si de ballet, que si de computación, que si de natación y, cuando llegan las vacaciones, ya el curso de verano los espera; tal parece que no hay tregua para los pequeños, que no hay tiempo libre para ellos.

A muchos niños se les enseña a no parar nunca. Están llenos de clases, cursos de todo y cuando llegan las vacaciones se les satura de actividades ya sea porque los padres no tiene tiempo para convivir con ellos o porque se cree que es lo mejor.

Los pequeños necesitan de momentos libres para echar a volar su imaginación, ser ellos, ser niños, jugar, tener tiempo para vivir su infancia.

Y es que en la actualidad la gente trabaja más que nunca y por lo consiguiente, los niños no se detienen, comenta la doctora Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Estudios (CEEPI).

Dice que la hiperactividad no es equitativa con los buenos resultados escolares o laborales. Estudios a nivel mundial revelan que los mexicanos somos los que más trabajamos en el mundo, pero los resultados en cuanto a productividad no son mejores.

En México todo es frenético y la tendencia es volverse adicto al trabajo, al estudio, a la actividad productiva sin freno. No nos damos cuenta que para tener ideas nuevas en todos los ámbitos se requiere de pausas, de esparcimiento y eso no sólo involucra al campo de las humanidades, sino a todo lo que se emprende; por ejemplo, la gente pocas veces se pone a pensar en el sentido que tiene su vida, refiere la doctora Sotelo Arias.

En el Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia (CEEPI), se ha observado que muchos adultos son incapaces de disfrutar sus momentos de esparcimiento, conducta que es trasmitida a los niños, lo cual es considerado como una patología.

“Es necesario recobrar los momentos de esparcimiento; es fundamental que los niños tengan más tiempo libre y esto implica necesariamente estar más tiempo con sus padres”.

Y es que basados en que “el ocio es la madre de todos los vicios”, los padres de familia cargan de actividades extra escolares a los hijos para evitar que estén ideando travesuras, no obstante, salud mental es tener más tiempo de esparcimiento.

El centro como organismo que difunde la salud mental infantil y de la familia, promueve que los niños tengan más momentos de diversión; porque como señala la experta, los infantes tienen derecho a disfrutar del ocio, tal como lo hicimos nosotros cuando éramos niños.

Los pequeños quieren platicar, leer, jugar, pensar, imaginar, convivir, amar e incluso aburrirse, en otras palabras, tener infancia. Sin dejar de ser responsables y siempre poniendo límites.

En conclusión, una sociedad con más tiempo libre es más feliz, creativa y paradójicamente productiva y sobre todo, más solidaria y menos agresiva.

Tanto en la niñez como en la vida adulta, disponer de espacios de esparcimiento (divertirse, vacacionar, aprender nuevas cosas por simple gusto) implica desarrollar el pensamiento y la capacidad de reflexionar, despertar la creatividad y por ende, fomentar la salud mental, enfatiza la especialista Claudia Sotelo Arias. PdC.

 Foto de Yan Krukov.

 

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