Si pensábamos que todos los recursos naturales se renuevan, pues no es así; hay algunos que toman mucho tiempo para regenerarse por eso hay que preservarlos y, uno de ellos, es el árbol.
¿Acaso nos hemos puesto a pensar en lo vital que es un árbol? El investigador del Instituto de Biología de la UNAM, Marcelo Rodrigo Pace, dice que este ser vivo puede cambiar completamente la temperatura de la ciudad o el microclima a su alrededor.
Imagínense el poder que tiene, que solo con filtrar los rayos solares, disminuye la temperatura y permite que penetre más agua al suelo. Y sí que tiene razón pues recordamos que hace unos días abordamos el tema de las Islas de calor, un fenómeno que se da en ciertas zonas de las ciudades donde lo que menos hay son árboles, pero si abundan los edificios y el asfalto.
Mantener los árboles y los bosques ayuda a evitar que zonas bajas se inunden. Además, los manantiales dependen del filtrado del vital líquido en las raíces de los árboles, a fin de que se preserve pura.
“Es fundamental mantener estas áreas con muchos árboles para tener este equilibrio, justamente entre lo que es necesario para nosotros y contar con un ambiente mucho más saludable”, explica el investigador.
Imagínense que importantes son, que el experto en evolución anatómica de maderas y cortezas comenta que los árboles cambiaron completamente la historia evolutiva de la Tierra.
En el periodo Carbonífero –que se sitúa a finales de la era Paleozoica- fueron un parteaguas, pues significó contar con organismos de un porte más grande, que acumulaban gran cantidad de biomasa y carbono.
El carbón de ese periodo se produjo de estos, los cuales ayudaron a eliminar grandes cantidades de dióxido de carbono. “En la tierra están los troncos de esos árboles, el combustible fósil que utilizamos hoy es parte de estos antiguos árboles”.
Si en algún momento ha llegado a pensar en cortar un árbol por el solo hecho de que estorba, antes de hacerlo recuerde que cada árbol es como un ecosistema donde viven insectos, pájaros, mamíferos; en las ciudades, en zonas muy arboladas, aunque parezca increíble, son el hogar de las ardillas.
El investigador del Instituto de Biología llama a proteger la biodiversidad con que cuenta nuestro país en sus bosques, selvas y demás ecosistemas y a tener presente que los seres humanos no somos los únicos que habitamos este planeta. PdC.
Foto de Johannes Plenio.