Si nuestro escudo protector, la capa de ozono, se debilita, entonces la vida del ser humano peligra, no obstante, de acuerdo a los estudiosos se registra una alentadora regeneración.
Se espera que la capa de ozono del Ártico y de las latitudes medias del hemisferio norte se recupere completamente en 2035 aproximadamente, seguido por las latitudes medias del hemisferio sur, a mediados de siglo, y de la región Antártida para 2060.
“La evaluación científica más reciente sobre el agotamiento del ozono conducida por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente muestra que, en algunas partes de la estratosfera, la capa de ozono se ha recuperado a un ritmo del uno al tres por ciento por década desde el año 2000”.
Señala Telma Castro Romero, integrante del Grupo de Aerosoles Atmosféricos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM.
También explica que gracias a su recuperación y a la protección que brinda contra la radiación ultravioleta proveniente del Sol, “en un alto porcentaje está asegurada la vida como la conocemos, aunque no lo sabemos respecto a otros fenómenos, como el cambio climático”.
Con motivo del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono que se celebra hoy 16 de septiembre, el cual fue proclamado en 1994 por la Asamblea General de Naciones Unidas en conmemoración de la fecha de la firma del Protocolo de Montreal sobre sustancias que la dañan.
Lo que hagamos para proteger y mejorar el medio ambiente, “aplicando un sentido común, como no generar tanta basura, dejar de usar el auto, etcétera”, va a beneficiar la conservación de nuestro planeta, que por ahora es nuestro único hogar para conservar la vida como la conocemos.
Hay que tener presente que los procesos naturales de la Tierra están interconectados de una u otra forma, y que al romper ese equilibrio siempre habrá consecuencias pequeñas o de gran magnitud. De ahí la importancia de cuidar nuestro hogar a partir de diversos ámbitos, trabajos y actividades, desde el lugar donde nos encontremos.
“Todos somos responsables de lo que está pasando. Sí hay soluciones; los jóvenes, en especial, tienen mucho que hacer, y deben ser apoyados por experiencias de los adultos, para no cometer los mismos errores del pasado”, señala la investigadora. PdC.