Miscelánea

Urge cambiar el concepto de masculinidad

En medio de la controversia entre el poder que ejercen los hombres en la vida de las mujeres y que son masacradas a manos de ellos, decir que hoy se celebra el Día Internacional del Hombre quizá levante ámpula ya que el número de feminicidios cada día aumenta.

Desafortunadamente no hay día en que no haya violencia hacia ellas, no obstante no se puede decir que todos los varones maltraten a la mujer; así como hay quienes las violentan, también existen hombres que las procuran, las enaltecen, las respetan y las aman.

Con esa idea que se está volviendo común de que ser hombre es sinónimo de violencia hacia las mujeres, olvidamos que, aunque suene cursi, ellos también sufren, también padecen.

Desde los 15 y hasta los 40 años de edad, las primeras causas de fallecimiento de los mexicanos son: agresiones (mueren por hacerse los machos, pelear en la calle, golpearse, etcétera); accidentes de tránsito en vehículos conducidos mayoritariamente por ellos; enfermedad hepática relacionada con el consumo exacerbado de alcohol; y suicidio.

Y todo esto derivado de la idea de que la masculinidad se demuestra siendo fuerte, siendo macho.

Esas causas se relacionan con género, con un modelo hegemónico de masculinidad, el cual enseña que “ser hombre es equivalente a ser fuerte, arriesgado, temerario, enfrentar el peligro, aunque en la vida cotidiana eso tiene efectos nocivos para nosotros.

Por eso es muy probable que muramos más jóvenes, por agredirnos o por no acudir al médico y así demostrar que uno resiste todo el tiempo”, destaca el doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM, César Torres Cruz.

Con motivo del Día Internacional del Hombre, que se conmemora hoy 19 de noviembre, señala que a partir de una mirada crítica, se suma “a las voces que crean disputa y polémica, y cuestionan por qué tener esta conmemoración si en sociedades patriarcales parece que todos los días son el ‘día del hombre’.

Personalmente no estoy a favor de esta iniciativa, pero podemos aprovecharla para fomentar relaciones de género más equitativas y reiterar que el modelo de masculinidad mencionado trae implícitos riesgos para todos los seres humanos”.

El modelo hegemónico de masculinidad trae riesgos implícitos para los seres humanos: mujeres, hombres y otras identidades. Eso se hace visible, por ejemplo, en la sobre mortalidad de los varones en América Latina, y en las primeras causas de muerte masculina en nuestro país.

Los hombres creen que la salud sexual y reproductiva es un tema que atañe sólo a las mujeres. Padecimientos como el cáncer de próstata o infecciones de transmisión sexual permanecen ocultos porque somos educados como sujetos sanos, que “nunca se enferman”. Aún hay bastante por avanzar en este tema, remarca el universitario.

Hay hombres que padecen relaciones de discriminación, pero en términos estructurales, resalta el experto, la diferencia que tenemos con las mujeres es que ocupamos privilegios sociales por habitar la masculinidad o la hombría; en ellas no es así, “la feminidad está relacionada con subordinación social”.

Señala que la masculinidad es una construcción social que cambia a lo largo de la historia, y que es distinta de un sitio a otro.

Poco a poco se generan otros modelos, más cercanos a lo que se considera femenino, donde se establece que llorar forma parte de los seres humanos, igual que sentir ansiedad; donde se vale realizar actividades relacionadas con la fuerza o el riesgo, y las que históricamente se establecen como femeninas.

Así se extiende el abanico de la feminidad y la masculinidad, y se propician relaciones de género más equitativas.

Es difícil derrumbar sociedades patriarcales. Por ello, a partir de la infancia se debe brindar educación con perspectiva de género, en la escuela y el hogar.

En las primeras etapas de vida se puede promover nuevos modelos de masculinidad, necesarios para las personas, como los que se fomentan en la UNAM mediante asignaturas impartidas en las entidades académicas (escuelas y facultades), y talleres, diplomados y grupos de diálogo, organizados por el CIEG e instancias como la Coordinación para la Igualdad de Género, resalta César Torres.

Aunque la fecha comenzó a popularizarse en nuestra nación hace cuatro o cinco años, la conmemoración se proclamó en 1999, en Trinidad y Tobago, el 19 de noviembre, por iniciativa del Comité Internacional del Hombre.

Los aspectos fundamentales de esa fecha, refiere el académico, son seis: promover modelos masculinos positivos; celebrar las contribuciones positivas de los hombres a la sociedad; centrarse en la salud y bienestar de los varones; poner en relieve la no discriminación contra ellos; promover la equidad de género; y, por último, crear un mundo más seguro para todos. PdC.

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