Miscelánea

No las molestes, están aquí para parir

La razón de por qué cada año tenemos la fortuna de observar a las maravillosas ballenas grises en aguas mexicanas y cálidas, es su alumbramiento que va de finales de diciembre a principios de febrero. Justo en unos días más estarán a punto de parir una cría de 4.5 metros con un peso de más o menos 500 kilogramos.

Los enormes cetáceos salen de las heladas aguas de Alaska y se aventuran a realizar una migración muy larga pues la temperatura del agua en sus áreas de alimentación es tan fría que provocaría la muerte de sus ballenatos.

Es por eso que el cetáceo aprovecha las aguas cálidas y poco profundas de los mares mexicanos, tanto para su reproducción, como para parir y amamantar a sus recién nacidos y así pasar tiempo juntos antes de regresar al norte, a su hogar.

Las hembras dan a luz una vez cada dos años, generalmente a una sola cría.  El período de gestación dura 13 meses, las crías nacen en un período de 5-6 semanas a finales de diciembre y principios de febrero, registrándose el máximo de nacimientos en las lagunas de reproducción entre enero y febrero.

Durante la migración a las lagunas de reproducción primero viajan las hembras que están a punto de parir, después las que recientemente han ovulado, luego los machos adultos y ejemplares pre adultos de ambos sexos.

La ballena gris se alimenta principalmente de krill (crustáceos de concha blanda) y de una amplia variedad de organismos como pequeños crustáceos, peces y plancton.

Suele ingerir todo y seleccionan el alimento a través de sus barbas. Cuando se han alimentado necesitan subir a la parte alta del océano para conseguir aire y expulsar grandes cantidades de fango y de partículas alimenticias que son aprovechadas por las aves que no pueden llegar al fondo del mar.

Su alumbramiento es la razón por lo que en esta temporada llegan a nuestras cálidas aguas, por eso si tienen la oportunidad de viajar para verlas es prudente hacerlo en los lugares que las autoridades han destinado para su observación.

Jalisco es una de las entidades en donde se les puede ver hasta el 23 de marzo en Bahía de Banderas, municipios de Puerto Vallarta y Cabo Corrientes.

Salvo la zona restringida que va de la franja costera de dos kilómetros de ancho de Punta Mita hasta la desembocadura del Río Ameca, debido a la concentración de ballenas con crías.

Otro sitio en donde se puede realizar la actividad de observación es Bahía de Tenacatita, Municipio de La Huerta, igual hasta el 23 de marzo de 2023.

En Oaxaca, en las siguientes áreas:

Zona de Puerto Ángel-Mazunte, Municipios de Santa María Tonameca y San Pedro Pochutla, hasta el 31 de marzo de 2023.

Zona de Puerto Escondido, Bahía Principal y Bahía de Puerto Angelito, Municipios de San Pedro Mixtepec, Santa María Colotepec y Santa María Tonameca, hasta el 21 de marzo de 2023.

Zona del Parque Nacional Huatulco, Punta Sacrificio, La Entrega, Copalita, Tangolunda y Chaue, Municipio de Santa María Huatulco, hasta el 21 de marzo de 2023.

En Guerrero, en las siguientes áreas:

Playa La Majahua, Ixtapa-Zihuatanejo, Barra de Potosí, La Barrita, Municipios de La Unión de Montes de Oca, Zihuatanejo de Azueta y Petatlán, hasta el 20 de marzo de 2023.

En Bahías de Papanoa y Puerto Vicente Guerrero, Municipio de Tecpan de Galeana, hasta el 20 de marzo de 2023.

Zona del Municipio de Acapulco de Juárez (con las siguientes áreas restringidas: 1. Bahía de Acapulco 2. Bahía de Puerto Marqués, para evitar aglomeración de embarcaciones), hasta el 20 de marzo de 2023.

Salvo las zonas restringidas por las autoridades ambientales, ya sea porque las ballenas están dando a luz o porque se encuentran con sus crías recién nacidas, y la aglomeración de embarcaciones y gente las puede estresar, en los demás lugares indicados se pueden observar. PdC.

 Con información de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y del Diario Oficial de la Federación.

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