Miscelánea

Rica de color rojo seductor

Del campo a la mesa… la fresa

Quién no ha pedido un licuado de fresa, una malteada de fresa, una paleta de fresa, un helado de fresa, pan con mantequilla y mermelada de fresa, un pastel de fresa, un atole de fresa, fresas con crema o el postre que se te ocurra con fresa o con sabor a fresa…como ven, ésta es la fruta favorita de muchos.

Pero qué sabemos de esta deliciosa fruta, a decir verdad, nada.

De acuerdo a datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la fresa es resultado de la agregación de muchos carpelos secos diminutos sobre un tálamo pulposo inflado, es rojo con sabor dulce y un aroma característico y aromático.

La planta es de tipo herbáceo y se compone de raíces y raicillas. Es pequeña y con numerosas hojas originadas en una corona muy corta que se encuentra a nivel del suelo y constituye la base de crecimiento de la planta.

Por ser una fruta altamente sensible, los agricultores la recolectan de manera manual; debe cosecharse cada tres días y manejarse con mucho cuidado. Crece en suelos equilibrados ricos en materia orgánica, aireados, bien drenados, pero con cierta retención de agua.

La zona ideal para la producción de la fruta es entre los mil 300 y dos mil metros sobre el nivel del mar, por eso en nuestro país se da en los estados de Michoacán, Guanajuato, Baja California, Estado de México, Baja California Sur y Jalisco.

Las fresas  🍓  son varias especies de plantas rastreras del género Fragaria, nombre que se relaciona con la fragancia que posee (en latín, fraga), cultivadas por su fruto comestible.

La fresa es una fruta de forma cónica o casi redonda, de tamaño variable según la especie (de 15 a 22 milímetros de diámetro), coronada por sépalos verdes, de color rojo y con un sabor que varía de ácido a muy dulce.

Lo que más caracteriza a esta fruta es su intenso aroma. La fresa comenzó a ser cultivada en Francia en el siglo XV, y algo más tarde (siglo XVIII) en España.

Fueron los españoles, portugueses e ingleses los que la expandieron por toda Europa y América, llegando incluso a algunas zonas de Asia. Antiguamente los europeos conocían la especie Fragaria vesca; pero durante la colonización, los españoles descubrieron en Chile una especie, la Fragaria chilonensis. De estas dos se obtuvo una mejor, el fresón, más sabroso y resistente.

Y aquí vienen los mejores datos, los que de seguro les interesa más conocer. Las fresas y los fresones son frutas con bajo contenido energético, cuyos principales componentes son agua e hidratos de carbono, fundamentalmente: fructosa, glucosa y xilitol.

Es una fuente de vitamina C, con un porcentaje incluso superior al que posee la naranja. Una ración media de fresas, 150 g, contiene 86 mg de vitamina C; mientras que una naranja mediana, de 225 g, contiene 82 mg.

Si bien, en cualquiera de los dos casos, las ingestas diarias recomendadas para esta vitamina (60 mg), están más que superadas. Las fresas contienen diversos ácidos orgánicos, entre los que destacan: el ácido cítrico, ácido málico, oxálico, y también contienen pequeñas cantidades de ácido salicílico.

El color de la fresa es debido a unos pigmentos vegetales (flavonoides) conocidos como antocianinas. Las fresas constituyen una de las frutas con mayor capacidad antioxidante, la cual no sólo se debe a su contenido en antocianinas, sino también a la presencia en su composición de cantidades importantes de polifenoles (ácido elágico) y de vitamina C, la cual contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo.

Ahora que ya sabes los datos más importantes de esta deliciosa fruta, recuerda consumirla en su temporada. PdC.

 Con información de la Secretaría de Agricultura y de la Fundación Española de la Nutrición.

 Foto de Pixabay.

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