En “Solo un poco aquí”, María Ospina Pizano nos planta frente a una historia en la que los protagonistas no son personas, sino criaturas que rara vez reciben atención: dos perras callejeras, una tángara migratoria, un puercoespín y un cucarrón. María Ospina Pizano utiliza estos personajes animales para reflexionar sobre la relación entre los humanos y las demás especies con las que comparten el planeta, sin caer en la típica humanización de fábulas.
Aquí, los animales no piensan ni actúan como humanos, sino como seres que viven sus propias realidades, ajenas a las preocupaciones humanas. A través de su perspectiva, la novela explora cómo la urbanización y la modernidad han invadido su espacio natural, empujándolos a sobrevivir en un entorno que se vuelve cada vez más hostil y ajeno.
María Ospina Pizano se basa en su profundo amor por la naturaleza y su experiencia personal como caminante, así como en el tiempo que ha pasado en una finca en Boyacá, para dar vida a estos personajes, adopta una narración que se desplaza entre estos animales, intentando captar sus pensamientos y comportamientos, aunque sin caer en la trampa de atribuirles rasgos humanos. Nos invita a ser testigos de sus pequeñas aventuras y desventuras, mientras los humanos aparecen ocasionalmente como meros telones de fondo.
Las vidas de los animales y las de las personas se entrecruzan, mostrando la fragilidad de ambos mundos y cómo, en muchos casos, la indiferencia humana condena a estas criaturas a un destino incierto.
“Solo un poco aquí” tiene un toque casi místico, en especial cuando el narrador parece volar junto a la tángara escarlata, ofreciendo una experiencia envolvente para el lector. A medida que avanzamos, María Ospina Pizano nos hace sentir la impotencia, la tristeza y la rabia hacia el comportamiento insensible de algunos humanos, al tiempo que nos conmueve la bondad de otros. Pero sobre todo, nos maravilla la sabiduría innata de estos seres que, sin palabras, logran transmitir una conexión profunda con la naturaleza y con su propia lucha por sobrevivir.
Interesante es que, en un principio, las historias de estos animales parecen ser relatos independientes, casi como cuentos, pero María Ospina Pizano las entrelaza de manera natural, utilizando la ciudad de Bogotá como el escenario donde todas confluyen. Es un lugar de desventuras, sí, pero también donde laten las semillas de nuevas oportunidades. Aunque “Solo un poco aquí” está plagada de una sensación de inminente tragedia, también deja espacio para la esperanza.
“Solo un poco aquí” es, sin duda, fruto de la experiencia, la observación y una chispa de imaginación. Nos deja pensando en cómo nuestras acciones impactan a las criaturas que nos rodean y nos obliga a mirar con otros ojos a los animales que habitan nuestro entorno, invitándonos a imaginar sus historias no contadas. Buena y memorable.
María Ospina Pizano (Bogotá, 1977) es autora del libro de cuentos Azares del cuerpo (2017), publicado en Colombia, Chile y España y traducido al italiano y al inglés. Sus cuentos han aparecido en antologías y revistas de Colombia y Estados Unidos. Ha escrito extensamente sobre memoria, violencia y naturaleza en la cultura colombiana contemporánea, incluyendo el libro El rompecabezas de la memoria: Literatura, cine y testimonio de comienzos de siglo en Colombia (2019). Coordinó el proyecto testimonial y museográfico Cartas de la persistencia (Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá) y la antología del mismo nombre (2008). Tiene un PhD en literatura de la Universidad de Harvard y es profesora de cultura latinoamericana y escritura creativa en la Universidad de Wesleyan (Estados Unidos). Pasa su tiempo entre la costa este de los Estados Unidos y los Andes colombianos, donde ha vivido parte de su vida en el campo. Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2023. Una de las voces más sugerentes de la literatura colombiana reciente. PdC.
Escrito por B. Del Ángel.