Qué fácil es sacar una moneda o billete de la cartera y dárselo a un niño para comprar un dulce o de “domingo”, sin mostrarle la importancia del valor del dinero. Lamentablemente estamos educando a una generación que solo pide y pide, y no sólo hablo del valor monetario de un billete o una moneda, sino de cómo se gana y se debe cuidar para gastarlo bien.
Nuestra chamba es ardua y permanente, hay que educarlos para que sepan lo que significa tener dinero en el bolsillo, debemos explicarles que el dinero no sale de un cajero automático (porque eso ven que hacemos) sino que primero hay que trabajar para ganarlo y así después poder ir a la “maquinita” para disponer de billetes.
Ahorrar es la actividad de guardar dinero para poderlo gastar en un futuro y los niños pueden hacerlo con su domingo, su mesada, sus propinas de trabajos que hagan, dinero que les regalen por su cumpleaños o Navidad o por alguna venta que realicen en la colonia.
Debemos enseñarles que juntar dinero conlleva gastarlo en algún sueño o meta más grande que quieran cumplir como comprarse un juguete, ir a algún parque de diversiones, comprarle algún regalo a su amiguito que lo invitó a su fiesta de cumpleaños, etcétera.
No olvides que es de suma importancia enseñarles con el ejemplo, ahorra un porcentaje de tus ingresos y comparte esa experiencia con ellos de manera constante.
Explícales por qué lo haces e involúcralos en el proceso de manera práctica, sin cargas de moral o juicio.
Hay que enseñarles el valor de la paciencia. En1972 un profesor de la Universidad de Stanford, le dio a varios niños dos opciones: tener una recompensa de manera inmediata o esperar tiempo para que la recompensa pudiera ser del doble.
Por su puesto algunos tomaban de inmediato lo que se les ofrecía, pero también hubo quien apostó por más; lo impresionante fue que luego de hacerles seguimiento por décadas a estos niños, se documentó que aquellos que esperaron más tiempo tenían mejores relaciones, niveles de educación e índices de salud.
Para los niños pequeños es sencillo que guarden dinero porque no quieren comprar nada, pero quizá a los pequeños de cinco o seis años ya se les debe enseñar y debemos ayudarles a elegir un monto específico para ahorrar y apegarse a él.
Un 20 por ciento de su domingo dáselo de comer al marranito porque tiene hambre y a final de año ya pueden disponer de tantas monedas como le hayas dado de comer a la alcancía.
Asimismo hay que mostrarles que se debe ahorrar antes de gastar, ya tienes pesitos pues ahorremos primero, es el momento correcto.
Cometemos un error cuando les damos todo lo que piden, mejor utilicemos esas ganas que tienen de querer algo para ayudarles a fijarse metas y así ahorren para adquirir ellos mismos las cosas con su propio dinero, desde niños empiezan a sentir esa satisfacción.
Con todas estas acciones no solo enseñamos a los infantes a ahorrar, también les estamos dando lecciones de paciencia al esperar ahorrar para comprar algo que deseen, de satisfacción, de valorar el dinero, de establecerse metas y sueños que siempre lograrán alcanzar si tienen disciplina y tenacidad, si te das cuenta es un todo.
Recuerda que de poquito en poquito se va llenando el marranito. VTL/PdC.
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