“Vidas pasadas” de Celine Song narra el reencuentro de dos amigos de la infancia que, por designio estelar, se vuelven a encontrar en la adultez.
La historia comienza con Nora (Greta Lee) y Hae Sung (Teo Yoo) en un elegante bar de Nueva York, generando especulaciones sobre la conexión de tres personajes principales.
El resto de la película explora la respuesta a esta pregunta.
Nora y Hae Sung fueron enamorados en la infancia en Seúl hasta que la familia de Nora emigró a Canadá. En la actualidad, Nora es una escritora casada con Arthur (John Magaro), viviendo en Nueva York.
La llegada inesperada de Hae Sung brinda a Nora la oportunidad de ver a su primer amor después de 20 años, sin melodrama ni confrontaciones exageradas.
El filme destaca por sus actuaciones realistas y un guion reflexivo y suave.
Aborda el tema de amores imposibles y los obstáculos terrenales que pueden separarlos.
“Vidas pasadas” nos pasea por una melancolía profunda pero también sugiere la esperanza de que las vidas imperfectas y amores imperfectos que creamos tienen más significado porque no están escritos en las estrellas.
Celine Song logra un impresionante debut en el guión y la dirección, creando un drama cautivador a partir de pequeños fragmentos de la historia. Después de una construcción lenta y sutil de vidas paralelas, sueños y ansiedades, Song une todos los elementos en una conclusión fascinante.
A diferencia de las ensoñaciones románticas norteamericanas que exigen un “felices para siempre”, “Vidas pasadas” explora la posibilidad de un amor más melancólico y refleja la creencia folklórica coreana de que personas cercanas en esta vida se encontraron en una vida pasada. Y esta metáfora permite entrelazar las vidas pasadas y futuras de Nora y Hae Sung, conectándolos con recuerdos, significado, amor y esperanza.
Aunque no es exactamente una comedia romántica, “Vidas pasadas” está marcada por la sombra de la comedia romántica que no es, creando un final triste porque se adivina un final feliz.
Los posibles caminos no tomados y lo que podría ser aportan una carga de pérdida a la trama.
Al mismo tiempo, la sombra de Nora, que se quedó en Corea, hace que la Nora cosmopolita, persiguiendo su sueño, brille más intensamente, lo que lleva a Hae Sung a no desear que ella sea diferente, que no cambie nunca para él ni para nadie.
“Vidas pasadas” puede considerarse una especie de ficción literaria cinematográfica, pero su trama es directa, sus personajes son transparentemente encantadores y posee los elementos emocionales y satisfacciones del romance de género, aunque sin el final feliz…PdC.
Y si, es memorable.
Crítica de Antelmo Villa.