“La Tierra Prometida” El actor danés más famoso, Mads Mikkelsen, regresa de Hollywood para contar una historia notable de su país natal.
Interpreta a Ludvig Kahlen, un antiguo capitán del ejército que vive en la Dinamarca de mediados del siglo XVIII. Se acerca a la Corte Real con una propuesta: le permitan construir en la desolada tierra pantanosa de Jutlandia, una zona del campo donde nadie ha podido cultivar, con la recompensa de un título nobiliario si tiene éxito.
Esta tarea imposible se complica aún más cuando un barón local (Simon Bennebjerg) intenta sabotearlo, desencadenando una sangrienta guerra de desgaste.
La idea de un hombre intentando cultivar papas puede no sonar como el concepto más emocionante, pero el director Nikolaj Arcel convierte el viaje en algo emocionante. Parte drama de época, parte western, su búsqueda trata sobre la tiranía de los ricos y la capacidad de los pobres para resistir esa opresión.
A medida que la granja crece, Ludvig Kahlen desarrolla una pequeña familia encontrada con la ama de llaves Ann-Barbara (Amanda Collin) y la gitana huérfana Anmai Mus (Melina Hagberg), lo que lleva a momentos genuinamente conmovedores entre la brutalidad de sus vidas.
Mads Mikkelsen es la elección ideal para el tono de esta película, con su rostro severo transmitiendo un torrente de emociones a través del autocontrol de un militar, especialmente cuando se enfrenta al antagonista de la película.
Nikolaj Arcel quiere que veamos cada acto horrendo que comete el villano de Simon Bennebjerg, siendo el tercer acto en particular difícil de digerir.
Sin embargo, el guion y la profundidad de los personajes hacen que esta sea una historia con la que querrás seguir hasta el amargo final.
“La Tierra Prometida” es un drama histórico sombrío pero profundamente conmovedor, con Mads Mikkelsen perfectamente elegido como el centro estoico de la historia.
Incluso aquellos que no estén al tanto del contexto histórico quedan atrapados por su lucha por sobrevivir. PdC.
Crítica de Antelmo Villa.