¿Cómo sobreviven las plantas en regiones semiáridas de Sonora donde las temperaturas en ocasiones superan los 40 grados Celsius?, ¿Qué mecanismos básicos desarrollan estas especies vegetales para conservar y distribuir la escasa humedad que llega a sus estructuras?
CDMX, Marzo 27/24.- Para saberlo, un equipo de investigadores y estudiantes del Laboratorio de Ecofisiología de Sistemas Terrestres (LEET) del Instituto de Ecología (IE), de la UNAM, realiza trabajo de campo con nuevas especies de plantas distribuidas en el área de protección de flora y fauna en la Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui, Sonora.
El propósito de dichos estudios es contar con una aplicación futura para mitigar de manera efectiva los efectos del cambio climático.
En la zona donde además de especies vegetales se conservan animales como el leopardo u ocelote, puma y jaguar, los investigadores miden directamente en los brazos de las plantas la presión que aumenta ante la carencia de humedad y disminuye en presencia de esta.
“La presión se llama potencial hídrico, y describe los mecanismos de la fisiología vegetal de las plantas; nos dice qué estrategia siguen para sobrevivir ante la presencia o ausencia de humedad”, explica la investigadora del IE quien encabeza el LEET, Tonantzin Tarin Terrazas.
En su trabajo, los científicos utilizan una bomba portátil llamada cámara de presión tipo Scholander, parecida a un medidor de presión arterial humana.
“Llevamos tres de estas bombas al campo y tomamos muestras de las nueve especies predominantes del ecosistema, pero debemos hacerlo de madrugada, antes de que salga el Sol, que es cuando las plantas han acumulado humedad durante la noche”.
Posteriormente, se toman más muestras cada dos horas y se percibe que el potencial hídrico comienza a hacerse negativo, revelando el comportamiento fisiológico de las plantas.
En el estudio, los científicos las agrupan identificando cuáles son perennes, caducifolias, leguminosas, así como cuáles llegan a los mantos freáticos para acceder al agua, o cuáles dependen solamente de la lluvia de verano.
Las especies en estudio son las más dominantes en la región, pero hay más. “Tratamos de entender no solo cómo funciona cada especie sino cómo este comportamiento fisiológico nos ayuda a explicar el comportamiento del ecosistema”.
Queremos entender cómo el ecosistema es resiliente a los factores ambientales y la falta de disponibilidad del vital líquido, precisa Tarin Terrazas. PdC.