Dorothy Parker finalmente está recibiendo el reconocimiento que merece por su aguda mirada a la sociedad neoyorquina desde los años veinte hasta los cincuenta.
Sus relatos, ácidos y sarcásticos en apariencia, revelando una sociedad hipócrita y llena prejuicios en esa época oscura.
Centrados en el amor y las relaciones, sus cuentos desafían la sumisión de las mujeres y exploran la soledad, la inseguridad y la desesperanza.
La voz única de Dorothy Parker se destaca por su estilo directo y conciso, que revela la tristeza y el dolor detrás de la irreverencia y el humor.
Sus diálogos brillantes nos lanzan a un mundo vacío, de fiestas, alcohol y lujo, donde los personajes luchan contra la desesperación y la falta de comprensión.
Aunque muchos de sus cuentos abordan temas como el racismo y la guerra, algunos críticos consideran que su obra se vuelve estereotipada y predecible.
Sin embargo, textos como “Diálogo a las tres de la mañana” destacan por su retrato matizado y sugerente.
“Narrativa completa” recopila cincuenta relatos escritos por Dorothy Parker entre 1920 y 1958, ofreciendo un retrato vívido de la mujer en una sociedad determinada.
Sin envejecer, la narrativa de Dorothy Parker sigue siendo apreciada por su irreverencia, sátira y burla a la hipocresía social. Esos cuentos son como un dulce de fresa relleno… de hiel, que revela los oscuros aspectos de la sociedad con humor, ingenio y malicia.
En resumen, Dorothy Parker actúa como cronista de una sociedad enferma y superficial, donde los personajes intentan llenar sus vidas vacías con lujos y convencionalismos.
Su “Narrativa completa” destaca por su crítica mordaz y su estilo inconfundible, dejando una impronta urgente en nuestra esencia de condición humana.
Dorothy Parker (Nueva Jersey, 1893-1967), fue una escritora y periodista estadounidense.
A los 20 años queda huérfana y tuvo que ganarse la vida dando clases de piano. Al año siguiente consiguió publicar un poema en Vanity Fair, al poco tiempo fué contratada por Vogue y a partir de entonces estuvo trabajando para las dos revistas prácticamente toda su vida, a la vez que iba escribiendo y publicando libros. Se hizo realmente famosa y publicando en The New Yorker.
Tuvo problemas con el alcohol, sus maridos y los hombres en general. Se intentó suicidar al menos dos veces. Desarrolló una intensa actividad como activista de izquierdas, colaboró con la liga antinazi de Hollywood y estuvo en varias listas negras de comunistas.
Sus cenizas reposan en NAACP (Asociación Nacional para el Desarrollo de las Personas de Raza Negra), bajo el epitafio: Perdonen por el polvo. PdC.
Escrito por B. Del Ángel.