“Las intermitencias de la muerte”, nos sumerge en un mundo donde la muerte decide tomar un receso, desencadenando una serie de dilemas existenciales y desafíos para la humanidad.
Con su característico estilo narrativo, José Saramago nos presenta un escenario surrealista pero profundamente humano, donde la ausencia de la muerte trastorna el orden establecido.
En este país sin nombre, la muerte deja de actuar, lo que inicialmente parece una victoria sobre la mortalidad pronto se convierte en una fuente de caos y confusión. La Iglesia, cuya existencia depende de la promesa de una vida mejor después de la muerte, se ve amenazada por esta interrupción en el ciclo natural de la vida. Los seguros de vida y las funerarias se vuelven irrelevantes, mientras que las familias con seres queridos en estado terminal se enfrentan a un limbo entre la vida y la muerte.
José Saramago utiliza su característico estilo de escritura, prescindiendo de los signos de puntuación convencionales, para crear una prosa que fluye con una naturalidad única. A pesar de esta peculiaridad, la narrativa se desarrolla con un ritmo envolvente que invita al lector a sumergirse en la historia.
A medida que la trama avanza, enfrentamos una serie de preguntas profundas sobre la naturaleza de la vida y la mortalidad. ¿Qué significa realmente ser inmortal en un mundo donde el sufrimiento y la enfermedad aún persisten? ¿Cómo afecta la ausencia de la muerte a nuestra percepción del tiempo y la existencia misma? A través de una galería de personajes memorables y situaciones surrealistas, Saramago teje una narrativa rica en humor negro y reflexiones filosóficas.
Desde el Rey hasta la Mafia, desde los servicios funerarios hasta las compañías aseguradoras, cada aspecto de la sociedad se ve afectado por esta interrupción en el ciclo natural de la vida y la muerte.
Sin embargo, lo que distingue a “Las intermitencias de la muerte” como esta premisa fantástica nos facilita explorar temas universales y atemporales.
La novela nos invita a reflexionar sobre nuestras propias creencias y temores sobre la muerte, mientras nos adentramos en un viaje de autodescubrimiento y reflexión.
Al final, “Las intermitencias de la muerte” nos recuerda la fragilidad y la belleza de la vida humana, incluso en medio del caos y la incertidumbre de todos nuestros días.
Nos motiva a abrazar cada momento con gratitud y humildad, recordándonos la inevitabilidad de la muerte y la importancia de vivir plenamente mientras aún tenemos la oportunidad… Anota.
José Saramago (Azinhaga, 1922- Lanzarote, 2010) periodista y escritor, en su juventud sufrió la censura por su militancia en el partido comunista portugués y formó parte activa de la mítica Revolución de los Claveles.
Profundamente escéptico en su intelectualidad, ha mantenido un ética por encima de partidos y comprometida con el género humano.
El conjunto de su producción literaria le ha consagrado como autor universal, gracias a su capacidad para idear un mundo propio y a su originalidad creativa que, junto con su controvertida visión de la historia y la cultura, le han proporcionado un sinfín de galardones, entre los que destaca, con voz propia, el premio Nobel de Literatura en 1998. PdC.
Escrito por B. Del Ángel.