El Rincón del Loco

“Los ponis de los confines de la Tierra” de Catherine Munro

Si alguna vez has soñado con huir del ruido, dejarlo todo y desaparecer entre paisajes salvajes donde solo se escuche el viento, los cascos de un poni y el balido de una oveja, “Los ponis de los confines de la Tierra” te va a tocar una fibra. No es una fantasía bucólica ni una postal de Instagram: es una inmersión real, con barro hasta los tobillos, en un rincón remoto del planeta donde el clima no da tregua y los vínculos —con humanos o animales— se construyen despacio, a fuerza de paciencia, respeto y presencia.

Catherine Munro, antropóloga de formación y claramente con espíritu de exploradora, se muda a las Islas Shetland —específicamente a la isla de Whalsay— con una excusa académica: estudiar a los ponis autóctonos. Pequeños, tozudos, resistentes. Una raza curtida por siglos de intemperie y escasez. Suena a documental de la BBC, pero lo que Catherine Munro entrega es mucho más íntimo: una especie de diario de campo emocional, donde lo científico y lo personal se entrelazan hasta confundirse.

Sí, hay descripciones detalladas sobre cómo se crían y educan los ponis, cómo se mantiene el delicado equilibrio entre dejarlos ser y enseñarles a convivir con los humanos. Hay una crítica bastante clara a quienes los domestican como si fueran perritos de jardín, despojándolos de lo que les hace únicos: su instinto, su autonomía, su capacidad de sobrevivir sin nosotros. Pero también hay largas caminatas bajo el viento ártico, visitas a vecinos que crían ovejas con nombres y carácter propio, y reflexiones constantes sobre pertenencia, arraigo y el significado de hogar.

Catherine Munro no se limita a observar. Se mete hasta la cocina —literal y metafóricamente— en la vida de la comunidad. Se esfuerza por no ser la forastera entrometida, aunque no siempre lo logra. Hay ternura en ese intento de encajar: aprendiendo cuándo hablar, cuándo callar, qué tradiciones respetar y qué silencios aceptar. Lo interesante es que no romantiza la experiencia. No es fácil, ni cómodo. Hay aislamiento, dudas, momentos de sentirse fuera de lugar. Pero también hay descubrimientos: sobre los animales, sobre la naturaleza y sobre sí misma.

El gran tema de “Los ponis de los confines de la Tierra”, más allá de los ponis y las islas, es la conexión. Cómo nos relacionamos con el entorno cuando dejamos de querer controlarlo y empezamos a escuchar. Cómo nos transformamos cuando vivimos con lo justo, cuando el clima dicta el ritmo y cuando las conversaciones no se llenan de ruido sino de pausas con sentido.

A ver, no todo es perfecto. A ratos, “Los ponis de los confines de la Tierra” se enreda en sus propias reflexiones. Las ideas se repiten, los relatos de los vecinos se suceden como si fueran ecos, y se echa en falta algo más de estructura o variación en el tono. El paisaje puede ser majestuoso, pero si lo describes del mismo modo 20 veces, pierde algo de fuerza.

Aun así, “Los ponis de los confines de la Tierra” es una lectura valiente, sincera y atmosférica. No te grita una gran revelación, pero te deja pensando. Y si te descubres buscando vuelos a Escocia después de leerlo, no serás el primero. Allá nos veremos.

 

Catherine Munro (Ayr, Escocia, 1983) es antropóloga, y a lo largo de su carrera como investigadora se ha especializado en las relaciones entre los humanos y los animales durante la historia (o la contra-historia) de la domesticación, llamando la atención sobre la existencia de otros modos de relación entre las personas y el mundo animal no necesariamente basados en el dominio o la explotación, sino en la colaboración, el amor y el apoyo mutuos. Vive en las islas Shetland junto con su joven familia y le apasiona explorar los paisajes y compartir sus experiencias a través de sus escritos y su trabajo. «Los ponis de los confines de la Tierra» es su primer libro. PdC.

Escrito por B. Del Ángel.

 

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