Inicie la lectura de “Recuérdame, Alice” con escepticismo, consciente de que elevadas expectativas podían resultar en decepción.
Sin embargo, Marta Santés no solo cumplió con esas expectativas, las superó.
La trama sigue a Mario, un recién empleado en una residencia de ancianos, que se ve envuelto en la cautivadora historia de Alice, una anciana que lucha contra la pérdida de memoria. Mario introduce a Alice y al lector en un viaje por la Italia de los años 80 a través de cintas grabadas, desentrañando una vida donde el amor, el riesgo, la lucha y la superación se entrelazan de manera fascinante.
La maestría de Marta Santés se manifiesta en la elección de dos líneas temporales, explorando el presente de Mario, con sus desafíos personales, especialmente en relación con su orientación sexual en una familia conservadora, y sumergiéndose en el pasado vibrante de Alice. Demuestra también esa habilidad para entrelazar estas dos historias con sensibilidad, creando una narrativa única y fascinante.
Los personajes no se limitan a Mario y Alice, sino que también incluyen a Liam, el interés amoroso prohibido de la joven Alice. La novela se narra desde tres perspectivas, permitiendo a los lectores sumergirse en los debates internos y las complejidades de cada personaje. Aunque inicialmente Liam parecía ser el típico cliché del chico misterioso, su complejidad y fascinación se revelan a medida que evoluciona.
Su historia ganó un espacio significativo en mi aprecio.
Alice, por otro lado, es uno de los personajes femeninos que más me ha cautivado. Su llegada a los años 80 con una perspectiva educativa progresista, impregnada de pensamientos feministas y un fuerte apoyo a la comunidad LGTBIQ+, la posiciona como un personaje revolucionario. La innovación en la estructura del amor prohibido, con el personaje femenino siendo mayor que el masculino, añade frescura a la trama y resulta en una experiencia de lectura enriquecedora.
“Recuérdame, Alice” se presenta como un respiro fresco, distinguiéndose de los clichés convencionales. La novela proporciona una mirada única y desafiante al amor prohibido, con personajes complejos que despiertan empatía.
Termino, Marta Santés ha creado una obra cautivadora, rica en detalles y emociones, que perdura en la memoria del lector mucho después de cerrar el libro. Vale la pena destacar que la novela, centrada en un suceso histórico que no revelaré, muestra la profunda documentación de la autora y su habilidad para manejar los tiempos.
“Recuérdame, Alice” es ideal para la noche, una novela autoconclusiva que, en un día, deja una impresión duradera con personajes que sí, te roban un trocito de corazón.
Marta Santés (Requena, 1991), licenciada en Magisterio Infantil por la Universidad de Valencia, ha publicado tres novelas hasta el momento con una pequeña editorial. Tiene una en papel, “Quédate Siempre”, y dos en digital: la bilogía “Vértigo”. Las tres han tenido una buena aceptación, sobre todo “Quédate Siempre”, que ha obtenido críticas muy positivas tanto en Amazon, como en Goodreads y en blogs literarios. Al escribir, busca que las personas que lean sus historias salgan de ellas sin ser las mismas; que los personajes y la trama lleguen a sus corazones y permanezcan allí para siempre.
Escrito por B. Del Ángel.