*La inmunización previene enfermedades discapacitantes y mortales
Por Diana Quiroz.
CDMX, Noviembre.- Parece inverosímil, pero a dos años de la pandemia de COVID 19, el debate entre vacunarse o no continúa entre la población. Algunas personas lo han hecho por cuidar su salud, otras, los no convencidos de sus bondades, solo porque necesitan salir del país y requieren de un documento que garantice que ya están inoculados.
Para tener una idea del porqué debemos vacunarnos, baste decir que a diario la convivencia no solo es con personas, también lo hacemos con virus o bacterias que están en todas partes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que las enfermedades infecciosas atraviesan fronteras con facilidad e infectan a las personas que no están protegidas, ya que los patógenos que las causan circulan en todo el mundo o en partes de él.
Es por ello que las razones para vacunarse deben ser para protegernos a nosotros mismos y proteger a las personas que nos rodean. De no hacerlo corremos el riesgo de contraer enfermedades graves que pueden ser discapacitantes y mortales.
Al protegernos evitamos contagiar males que se pueden prevenir con la vacunación, asegura la OMS, pues sus beneficios son mayores a los riesgos, ya que sin vacunas habría más casos de enfermedades y defunciones.
Muchos males se pueden prevenir mediante la inmunización como el tétanos que puede ocasionar dolores muy intensos, espasmos musculares y coágulos sanguíneos, mientras que el sarampión puede inflamar el encéfalo (encefalitis) y causar ceguera.
Para quienes dudan de su inocuidad, sepan que las vacunas:
*Son sometidas a pruebas rigurosas en todas sus fases de ensayos clínicos, y aun tras su comercialización.
*Los científicos dan seguimiento a la información respecto a indicios de efectos secundarios.
La inoculación puede producir dolor en el brazo o fiebre baja; efectos leves y temporales.
Aunque no se descarta que en ocasiones se registran efectos secundarios graves, éstos son sumamente raros, ya que sus componentes garantizan inocuidad y eficacia.
Una vacuna contiene:
*El antígeno, una forma muerta o debilitada de un patógeno (por ejemplo, un virus o una bacteria) que prepara a nuestro organismo para reconocer y combatir una determinada enfermedad en el futuro.
*Adyuvantes, ayudan a incrementar la respuesta inmunitaria y, así, facilitan la acción de las vacunas.
*Conservantes, garantizan que la vacuna mantenga su eficacia.
*Estabilizantes: protegen la vacuna durante su transporte y almacenamiento.
Algunos de los componentes que figuran en la etiqueta de las vacunas nos son desconocidos, pero muchos de ellos están presentes de forma natural en nuestro organismo, en nuestro entorno y en los alimentos que ingerimos.
Para garantizar su inocuidad, se hace un examen y un seguimiento integral de todas las vacunas y de sus ingredientes por separado, informa la OMS. PdC. Continúa.