*No entremos en pánico, nada tiene que ver con la viruela que nos dio de pequeños
Todavía no le vemos el fin al coronavirus cuando ya los científicos están ocupados en los eventos raros de hepatitis de origen desconocido en menores de edad, y ahora la viruela símica o del mono, que afortunadamente aún no se tienen casos en nuestro país, pero que en Europa hay ya varias decenas de personas con este mal.
La viruela símica como es nombrada médicamente, es un padecimiento raro que se registraba principalmente en zonas remotas de África central y occidental, cerca de las selvas tropicales. Los científicos están en análisis de cómo es que llegó ya a otros países.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien ya hizo un llamado a todas las naciones para analizar esta situación, refiere que dependiendo del periodo de incubación, es decir entre la infección y la aparición de los signos, son los síntomas.
El periodo de incubación de la viruela del mono suele ser de seis a 16 días, aunque puede variar de cinco a 21 días.
Cuando el tiempo de infección es entre el cero y cinco días, se presenta fiebre, cefalea intensa, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor lumbar, dolores musculares y falta de energía.
En el periodo entre uno a tres días, después del inicio de la fiebre, la OMS señala que aparecen exantemas, o sea erupciones, que por lo general afecta primero el rostro y luego al resto del cuerpo.
Las zonas más afectadas son el rostro, las palmas de las manos y las plantas de los pies. Algunos pacientes presentan inflamación de los ganglios linfáticos grave antes de la aparición del exantema. Ese signo característico de la viruela símica permite diferenciarla de otras enfermedades similares.
El organismo mundial señala que no hay tratamiento ni vacuna para esta enfermedad provocada por un virus transmitido de los animales a las personas y que produce síntomas parecidos a los que se ven en los pacientes de viruela de antes.
El contagio de la viruela del mono, en los casos iniciales, se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados.
En África se han descrito infecciones humanas resultantes de la manipulación de monos, ratas gigantes de Gambia o ardillas infectados. Se considera que los roedores son el principal reservorio del virus. Un posible factor de riesgo es la inadecuada cocción de la carne de animales infectados.
La transmisión secundaria o de persona a persona puede producirse por contacto estrecho con secreciones infectadas de las vías respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o con objetos contaminados recientemente con los fluidos del paciente o materiales de la lesión.
La infección produce principalmente por gotículas respiratorias, generalmente tras prolongados contactos cara a cara con el paciente, lo que expone a los miembros de la familia de los casos activos a un mayor riesgo de infección.
Como ven la transmisión se da en estos casos; no entremos en pánico, la viruela digámosle “tradicional” la que todos hemos tenido, nada tiene que ver con la símica o del mono.
El diagnóstico definitivo de la viruela símica solo se puede establecer mediante pruebas de laboratorio. El virus se puede identificar mediante diferentes pruebas que tienen que realizarse en laboratorios especializados, señala la OMS. PdC.
Foto de Chokniti Khongchum en Pexels