Ya prácticamente estamos en vacaciones de verano y con ellas: adiós a las tareas escolares, levantarse tarde, reuniones, fiesta, sol, playa, relax… y situaciones no planeadas.
Alerta con los jóvenes adolescentes, pues según los especialistas, en verano puede haber excesos en todos los sentidos por la relajación de las reglas: los padres controlan menos a los hijos porque no hay obligación por cumplir en horarios ni estudios.
En consecuencia los jóvenes se sienten liberados porque el tiempo libre es mayor y además factores como más luz solar, más calor y más humedad modifican los ritmos hormonales y producen una mayor estimulación sexual, señala el Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia, en su sitio web.
En esta época se intensifican las actividades grupales entre los adolescentes: lo más importante son los amigos y eso los lleva a realizar cosas que no harían en otra temporada del año. Por un lado hay diversión y por qué no, aprendizaje de vida, pero de igual modo muchos riesgos y el sexo no es la excepción.
Durante los días veraniegos se presenta menos inhibición y por ende, se intensifica la búsqueda de la satisfacción inmediata en todos los sentidos. No sólo es el sexo. Aquí vienen las prácticas y los riesgos colaterales, como el abuso del alcohol y el uso de las drogas.
Las expertas de CEEPI refieren que en esta época hay más accidentes derivados de ello; conlleva a riesgos que van desde embarazos no deseados, abuso de anticonceptivos (como la píldora del día siguiente), enfermedades de transmisión sexual e incluso a violaciones – abuso sexual.
En verano, los más vulnerables son los jóvenes que no tienen un vínculo afectivo con sus padres; no tiene comunicación con sus papás; se sienten solos y poco valorados.
Entonces recurren a los grupos de amigos para obtener cariño o se van al otro extremo: tampoco se vinculan con los otros jóvenes y lo único que desean es obtener placer (sexual) con todos los riesgos que puede acarrea.
De acuerdo a la experiencia clínica, CEEPI recomienda no relajar la disciplina: poner horarios de llegada a casa, decir no cuando saben que los hijos están en riesgo, realizar actividades familiares, incluso invitar a los amigos de los hijos para conocerlos y saber con quiénes se relacionan los jóvenes.
De ser posible platicar de los riesgos de tener relaciones sexuales y de la responsabilidad que conlleva. PdC.
Foto de Helena Lopes.