Cada vez que veo a mis mosqueteros me doy cuenta de lo maravilloso que son, de los curiosos y de cómo se dan cuenta de cuando no estamos con la pila completa y hacen infinidad de cosas para hacernos sentir bien.

En estos días estaba leyendo algunos artículos sobre diferentes temas y sin buscar llegué a la página Hogarmania y me encontré con uno que me hizo pensar, además de que es interesante, sobre si los lomitos pueden llorar.

Me quedé analizando el tema y creo que, ellos hacen sonidos que podríamos decir que es muy similar a llorar, pero para no quedarnos con la duda les comparto lo que encontré al respecto.

En el artículo mencionan que a pesar de que los peludos no tienen lágrimas (que yo he visto fotos donde se aprecian lágrimas de agradecimiento o de dolor), son capaces de llorar; emiten sonidos parecidos a nuestros quejidos.

Si escuchas gemidos o quejidos parecidos al llanto, es porque el firulais está llorando. Su gemido se mezcla con aullidos y puede presentarse por diferentes motivos.

Te has preguntado ¿por qué pueden llorar los peluditos?

Una causa puede ser porque echa de menos a su mami. Aunque es normal que los cachorros lloren a menudo, a veces es solo por llamar la atención, y cuando son bebés pueden llorar porque extrañan a su mamá, lo que es normal en los primeros meses de separación y dependiendo de su carácter puede tardar más o menos en adaptarse al nuevo hogar.

En el caso de Maya lloró dos noches un rato y luego dejó de hacerlo, porque ¡claro! la princesa descubrió que al subirla a la cama no se sentía sola.

Para evitar o disminuir esa zozobra, puede hacerle una zona segura poniendo algunas mantas en un rincón y colocar algún peluche que sea más grande que él y se sienta protegido y acompañado.

Otra motivo es por si tiene hambre. Es muy común que los lomitos cachorros lloren para pedir comida, esta conducta la llevan a cabo con sus mamis y seguro te has dado cuenta cómo lloran cuando están hambrientos. Son quejidos que repetirán cuando sean adultos si entienden que al hacerlo se les dará comida.

Tiene miedo o ansiedad. Los ruidos son uno de los principales miedos de los peludos. Cuando oyen ruidos fuertes como fuegos artificiales o cuetes, se asustan y eso les provoca llanto, de igual manera cuando están ansiosos.  Esto pasa con Maya que se pone muy nerviosa con los ruidos fuertes y corre a su zona segura.

Se siente solo. Los peludos son animalitos que viven en manada y cuando ven que vas a irte se adelantan y empiezan a lloriquear. Los bebés suelen llorar por las noches porque es cuando se siente más solo, para evitar esto puedes colocar su camita cerca de tu habitación, pero no te preocupes ya que poco a poco dejará de hacerlo.

Lloran cuando te vas de casa, como ya lo hemos comentado en anteriores ocasiones a los lomitos les da ansiedad por separación y esto fácilmente lo podemos solucionar enseñándoles a quedarse solos por espacio de tiempo y evitar el despedirnos de ellos. Recuerda que esto requiere paciencia y adiestramiento.

Cuando quieren algo. Estas bolas de pelos son muuuuy listos y rápidamente aprenden a que haciendo determinadas cosas reciben lo que quieren, en algunas ocasiones recurren al llanto como una forma de comunicar su necesidad.  En ocasiones puede ser que quieran agua, comida o que desea que lo saques a pasear.

Tomemos en cuenta que está forma de actuar no es la más correcta de pedir las cosas y puede ser que el peludo no se encuentre bien o sus necesidades no están cubiertas.

Los lomitos pueden llorar porque no se sienten bien y/o experimentan algún dolor físico cuando se les toca o se apoya sobre la zona adolorida.  En este caso podemos examinarlo y acudir al veterinario. Y no esperemos hasta que nuestro peludo esté llorando mucho y continuamente porque tendremos que salir de emergencia. Recuerden más vale prevenir que lamentar.

Los perruchos no suelen lagrimear, en caso de que haya secreciones en los ojos, algunas causas podrían ser: infección en la zona ocular, cambios en los niveles de humedad o temperatura, gases emanados en el ambiente o exceso de sol, que lleva a que los ojos deban ser hidratados.

Bueno ahora ya sabemos porque pueden estar gimoteando nuestros peludos y qué podemos hacer al respecto, que no nos agarren descuidados porque estos pillos nos pueden sacar hasta la tarjeta de crédito para hacerlos felices.

Ahora los dejo porque, no es que estén llorando Maya o Wera, sencillamente ya se sentaron frente a la puerta con una mirada de asesino serial ya que es momento de ir a pasear y estas pillas no perdonan ese momento. ¡Esperen ya voy no se pongan locas! ¡Hasta la próxima!

“No existe mayor crueldad y cobardía que ofrecer amor a alguien para luego abandonarlo.” – Anónimo

Como siempre te deseo muchas huellitas 🐾🐾🐾 de amor en casa. PdC.

Escrito por La Loca del Gato 🐈 y Otras…

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