La violencia hacia la mujer viene en diferentes formas, además de la física, psicológica, verbal y otras más, y pese a los gritos de ¡ya basta!, en el terreno laboral, la violencia hacia ellas crece en un 44 por ciento.
En espacios como el hogar y el entorno laboral, los comportamientos sexistas o que tienen como propósito dañar o generar sufrimiento, angustia emocional, laboral y económica entre otros, son sumamente recurrentes todavía.
Pese a que nuestro país recientemente ratificó el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el cual se reconoce el derecho de toda persona a un mundo laboral libre de violencia y acoso, inclusive por razón de género, ésta no solo persiste, sino que aumenta en el caso de las mujeres, por el simple hecho de serlo.
Cabe señalar que el convenio citado, obliga a los países que lo ratifican a adoptar las medidas necesarias para prevenir y abordar la violencia y el acoso laboral.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Dinámicas de las Relaciones en los Hogares 2021, cerca de ocho millones de mujeres mexicanas han reportado violencia laboral.
Datos recientes indican que más del 20 por ciento de las mujeres que trabajan han podido reconocer algún tipo de violencia laboral en su contra. Comportamientos que en muchas ocasiones se minimizaron o reservaron para que nadie las tildara de «exageradas».
Es fundamental nombrar las violencias y visibilizarlas. Puesto que la violencia laboral hacia las mujeres obstaculiza su acceso al empleo, igualdad de oportunidades de ascensos o estabilidad en sí misma.
Considera María Elena Esparza Guevara, asesora honoraria del Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia de la Ciudad de México. PdC.
Foto de Chevanon Photography.