La violencia sea como sea daña la autoestima. Así sea psicológica, verbal, física o laboral destroza la integridad, la salud, el desarrollo de quien la sufre. En este caso, las mujeres que en sus propios hogares y en sus centros de trabajo viven un ambiente hostil.
De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Dinámicas de las Relaciones en los Hogares 2021, 5.7 millones de mujeres han sufrido violencia sexual, de ellas, 615 mil mujeres han sido violadas o padecido un intento de violación en el trabajo.
Dos millones refirieron abuso de diferentes maneras: 88 por ciento ha sido manoseada, tocada, besada, rosada con el cuerpo de un hombre sin su consentimiento; 27 por ciento señala que alguien mostró sus genitales o se los toco frente a ella; cinco por ciento indicó haber sido obligada a mirar escenas de actos sexuales, ya sea en fotos, revistas o películas pornográficas.
Otras dos millones mencionaron haber sido acosadas u hostigadas sexualmente. A casi 1.9 millones le han propuesto o insinuado tener relaciones sexuales a cambio de mejoras o beneficios en el trabajo.
Y casi 900 mil recibieron represalias tras haberse negado, por ejemplo, mencionan que les limitaron promociones, intentaron despedirlas, o las cambiaron de lugar.
María Elena Esparza Guevara, asesora honoraria del Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia de la Ciudad de México, explica que una forma en que podemos identificar que alguien hace menos a una mujer es cómo la nombra.
Por ejemplo, en muchos espacios laborales es común que a los hombres les llamen por su cargo o su grado académico: el licenciado, el ingeniero, el director general. Sin embargo, a muchas trabajadoras les dicen ‘la niña’, ‘la niña de sistemas’, la ‘niña de RH’, ‘señorita’ o ‘linda’.
Otro dato importante que señala es que muchos de los logros de las mujeres son cuestionados, demeritando su esfuerzo con frases como: “Fue porque tuvo relaciones sexuales con algún superior”.
Los resultados de la encuesta señalan que al menos 1.8 millones de mujeres se han enterado de ese tipo de comentarios.
Recibir opiniones no solicitadas sobre el cuerpo, la ropa y otros aspectos físicos es también un factor que señalaron las encuestadas como una forma más de violencia. PdC.
Foto de Anna Tarazevich.