La anorexia y la bulimia que desafortunadamente van en aumento, son padecimientos mentales que deberían considerarse como crónicos, además de que son un problema de mayor incidencia en mujeres adolescentes, también se observa en niños de cinco años de edad.
Son las enfermedades mentales con mayor índice de mortalidad, incluso más que el suicidio; una de cada cinco personas que muere por estos trastornos de la conducta alimentaria (TCA) se quitó la vida, mientras que los otros cuatro decesos obedecen a falla orgánica múltiple.
Para que una persona con trastornos de la conducta alimentaria llegue a la muerte suelen pasar años con ese padecimiento, señala la especialista de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Karla Edith González Alcántara.
Por ello, deberían considerarse enfermedades crónicas, ya que los síntomas no desaparecen en su totalidad y los enfermos sufren un alto porcentaje de recaídas, 48 por ciento de los pacientes, en promedio.
La investigadora del Laboratorio de Salud y Alimentación de la entidad universitaria indica que además de generar diversas consecuencias es un problema de salud que está en crecimiento.
“Eso es algo que los especialistas debemos considerar porque podría pensarse que no están sirviendo los tratamientos con los que trabajamos y atendemos a estos pacientes”.
Al dictar la conferencia “Conductas alimentarias de riesgo”, dijo que anorexia y bulimia, además de ser consideradas comportamientos que los individuos inician a temprana edad –adolescentes y jóvenes–, están basados, sobre todo, en el deseo de modificar la imagen corporal, en especial estar más delgados.
Además de aquellos factores sociales relacionados con críticas sobre la apariencia, incluso que se haya sufrido bullying por ello, y la presión de la sociedad para alcanzar el ideal de delgadez.
De lo que se conoce de la epidemiología de estos padecimientos es que suelen ser un problema más común o de mayor incidencia en mujeres adolescentes, aunque ello no significa que los hombres no presenten un TCA.
En la actualidad se observan estos problemas en niños de cinco años de edad, “eso significa que si pensamos en las consecuencias físicas descritas, tenemos un foco de alarma todavía mayor al que teníamos hace algún tiempo”, alerta la especialista.
Pareciera que la prevalencia de los trastornos es relativamente baja; no obstante, señala que en el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM, por sus siglas en inglés) se establece que el 0.4 por ciento de las mujeres adolescentes a nivel global presentarán anorexia y 1.5 por ciento bulimia.
Sin embargo, dice la experta que resulta difícil conocer cuántas personas han sido diagnosticadas, peor aún, determinar el número de quienes realizan esas conductas.
En México, en 2017, se reportó que cada año aproximadamente se observan 20 mil casos de trastornos de la conducta alimentaria, una cifra importante.
En tanto, en un estudio realizado en más de 200 países en 2019 hubo 13.6 millones de seres humanos quienes presentaron un trastorno de conducta alimentaria.
“Aunque las prevalencias parecieran menores, en realidad hablamos de un número importante de personas afectadas por estos problemas”.
Es solo la punta del iceberg
Los casos diagnosticados en el país son tan solo la punta del iceberg de los trastornos mentales, ya que son pocas las personas que llegan a atención especializada, mientras que hay una cantidad significativa de individuos quienes permanecen sin diagnóstico y, por lo tanto, sin tratamiento.
Lo que significa que los datos de prevalencia sobre TCA podrían ser nueve veces superiores a los registrados, destaca la investigadora.
Ante ello, resalta la necesidad de que los especialistas trabajen en personas con un diagnóstico de trastornos y tratar de identificar a aquellas que realizan esas conductas para evitar que las cifras de estos problemas de salud se eleven y no lleguen a ser un trastorno de la conducta alimentaria, los cuales se han asociado también con depresión, ideación suicida y consumo de sustancias tóxicas.
En ese sentido, dijo que es necesario identificar alteraciones o factores asociados con este fenómeno. También se requiere tener claro que se trata de una afección mental de la cual no pueden salir por sí mismas y, por lo tanto, requieren ayuda. PdC.
Foto de Jini Phm.