La respuesta es más que obvia a la pregunta si te gustaría que tu jornada de trabajo fuera de seis horas en lugar de ocho.
La Organización Mundial de la Salud refiere que el 60 por ciento de la población del orbe labora, sin embargo, una buena parte de ésta padece algunas enfermedades ocasionadas por extenuantes jornadas de trabajo.
Aun cuando nuestro trabajo debiera apoyar la salud mental y física del individuo y ser un medio de vida para lograr una estabilidad, resulta que puede llegar a ser riesgosa cuando las cargas o ritmos de trabajo son en exceso.
De acuerdo con la organización mundial “las jornadas laborales prolongadas provocaron 745 mil defunciones por accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica en 2016, cifra 29 por ciento superior a la de 2000”.
Nuestro país no es la excepción, por ello ante las consecuencias que conlleva laborar con horarios extenuantes, el senador Miguel Ángel Mancera Espinosa promueve una reforma constitucional para que la jornada máxima de trabajo diurno sea de seis horas y la jornada máxima de trabajo nocturno sea de cinco horas.
Te platicamos que el legislador inscribió este proyecto en la Gaceta de la Comisión Permanente del pasado 5 de enero, en donde planteó que por cada cinco días de trabajo la persona trabajadora pueda disfrutar de dos días de descanso.
Y es que cada vez son más los trabajadores cuya jornada laboral es excesivamente prolongada, una tendencia que da lugar a un incremento en el número de personas que corren riesgo de sufrir discapacidades o fallecer por motivos ocupacionales, señala el senador.
Por ello, el objetivo de promover esta reforma es para reducir la actual jornada y el tiempo de semana laboral, a fin de permitir que las personas trabajadoras del Estado puedan estar más tiempo con sus familias.
Ojalá llegue a buen puerto la reforma, pero no solo para los trabajadores del Estado, sino para todos en general ya que los números registran que en el mismo año, 398 mil personas fallecieron a causa de un accidente cerebrovascular y 347 mil por cardiopatía isquémica como consecuencia de haber trabajado 55 horas a la semana o más.
Entre 2000 y 2016, acotó, el número de defunciones por cardiopatía isquémica por las jornadas laborales prolongadas aumentó en 42 por ciento, mientras que el incremento en el caso de las muertes por accidente cerebrovascular fue de 19 por ciento. PdC.
Foto de cottonbro studio.
