Celebrar la dicha de ser padres para muchos representa un logro, concebir es uno de los anhelos más comunes de quienes se encuentran en edad reproductiva, pero ¿qué pasa cuando este deseo se ve limitado por problemas de infertilidad?
A nivel global, alrededor de 70 millones de personas presentan infertilidad y, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el nueve por ciento de las parejas en todo el mundo no pueden concebir.
En México, se estima que existen por lo menos 2.6 millones de casos de infertilidad y que al año se suman 180 mil nuevos diagnósticos, cada vez en personas más jóvenes, y en los cuales, el 50 por ciento de los casos se debe al factor masculino, pues ésta es una enfermedad compartida entre hombres y mujeres.
Si bien, en nuestro país hablar de infertilidad aún se considera un tema rodeado de muchos tabúes, actualmente, gracias a la innovación tecnológica y a la ciencia, existen opciones seguras y eficaces que dan solución a la mayoría de los problemas en salud reproductiva.
“Los métodos de reproducción asistida representan un importante instrumento que permite a quienes tienen el deseo genuino de tener un hijo sin lograrlo, alcanzar ese sueño.
Los procedimientos se realizan de acuerdo con las necesidades de cada persona, cada caso es diferente y, para ello, se cuenta con distintas técnicas que ayudan a conseguir un resultado exitoso”, explicó el embriólogo, Israel Maldonado Rosas, especialista en embriología reproductiva y fundador de la clínica de fertilidad CITMER.
De acuerdo con la doctora Lina Gabriela Villar Muñoz, especialista en Biología de la Reproducción Humana, cofundadora y directora médica de las clínicas CITMER en México, cada día son más las personas que desean tener un bebé y recurren a técnicas avanzadas de reproducción asistida para logarlo, pero además de quienes sufren de infertilidad, también ha crecido la demanda de quienes desean postergar su maternidad o paternidad para decidir el momento adecuado.
“Los métodos de reproducción asistida nos brindan oportunidades que antes las mujeres no tenían, como es el caso de poder decidir el instante adecuado para tener un hijo, aún si se rebasa la edad considerada óptima para hacerlo -que oscila entre los 25 y 35 años-. Hoy en día las mujeres pueden elegir desarrollarse personal y profesionalmente antes de ser mamás”, explicó. PdC.
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