CDMX, Noviembre 2/23.- El Día de Muertos en México es una celebración arraigada en la rica tradición cultural del país, que honra a los seres queridos que han partido. En el centro de esta festividad se encuentran las ofrendas, altares elaborados con gran esmero y cariño.
Estas ofrendas son auténticas obras de arte que trascienden el aspecto visual; son un reflejo de la profunda conexión que las y los mexicanos mantenemos con nuestros antepasados y su legado. La muerte está presente en la cultura de México.
La fiesta para los muertos es una forma de rendir culto a los antepasados, producto de dos tradiciones culturales: la hispana y la prehispánica.
La mayor parte de los pueblos campesinos de México la festejan, ya que coincide con el fin del ciclo agrícola de muchos productos, entre ellos, el maíz de temporal y la calabaza. De esta forma los rituales agrarios permiten la regulación de los procesos sociales.
El día 2 de noviembre, además de ser una festividad agrícola, es una celebración relacionada con el culto a los antepasados, a los muertos. Es el tiempo en el que las almas de los parientes desaparecidos regresan a las casas a convivir con sus familiares vivos.
En la tradición popular mexicana el día 1 se dedica a los muertos chiquitos o niños fallecidos, y el día 2 a los adultos o muertos grandes.
Pero, ¿cuál es el significado detrás de estas ofrendas y qué elementos son esenciales?
Las ofrendas de Día de Muertos son una manifestación de la creencia de que los muertos regresan a visitar a los vivos. Estos altares sirven como un puente entre el mundo de los vivos y el de los muertos, proporcionando un lugar acogedor para que las almas regresen y se reúnan con sus seres queridos.
Es una celebración de la vida y una oportunidad para compartir recuerdos, amor y respeto hacia aquellos que ya no están con nosotros.
Elementos esenciales:
*La fotografía del ser querido: Una imagen del difunto es el punto central de la ofrenda, permitiendo su presencia espiritual.
*Agua: además de ser un elemento que simboliza pureza, mitiga la sed de las ánimas después de su largo recorrido.
*Las velas: La luz de las velas guía a las almas de regreso al mundo de los vivos.
*El copal y el incienso: Estos se utilizan para limpiar el lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.
*Flores de cempasúchil: Estas brillantes flores naranjas guían a los difuntos hacia el altar.
*Calaveritas de azúcar y calacas: Representaciones humorísticas de la muerte, que simbolizan la aceptación y la burla de la muerte.
*Comida y bebida: Los platillos y bebidas favoritos del difunto se colocan en la ofrenda como un regalo para su espíritu.
*Pan de muerto: Adornado con huesos de azúcar y con aroma a naranja es una delicia tradicional de la festividad.
*Papel picado: Decoraciones en formas de flores y calaveras, añade color y elegancia.
En el corazón de México la tradición, las ofrendas de Día de Muertos son un testimonio conmovedor de la riqueza cultural del país y nos recuerdan que la muerte no es el final, sino una continuación en el corazón y la memoria de quienes amamos.
En cada elemento de una ofrenda, se teje una historia de amor, respeto y la celebración de la vida. Este Día de Muertos, tomemos un momento para honrar y recordar a nuestros seres queridos a través de estas hermosas ofrendas. PdC.
Con información del blog de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.