*¿De qué te comiste tus tacos?
No me digan que ustedes si se acordaron porque nos van a hacer sentir mal, pero apenas nos estamos acordando que el pasado 31 de marzo se celebró el Día del Taco; y si fue así, espero que lo hayan festejado con una buena dotación de ellos.
Y que viéndolo bien, no tenemos porqué sentirnos mal de no habernos acordado que hace más o menos cinco días se celebró esa fecha, pues a decir verdad, para los mexicanos todos los días son el día del taco; porque no me dejarán mentir que son el pan nuestro de cada día, ya que es muy común comerlos a diario y a todas horas.
Somos un pueblo que a mañana, tarde y noche los comemos con singular alegría con su salsa bien picosita y acompañados de un vaso de agua fresca o de unos “chescos” bien fríos o con su respectiva “chelita bien helodia”.
Además, los encontramos en cada esquina y cuando tenemos apetito y queremos comer de prisa, o pensamos en tortas o pensamos en tacos; no hay de otra…los tacos siempre ganan.
Y díganme sí no, en cada esquina no solo hay un puesto de tacos, hasta dos o tres, porque como “en botica” hay sabores para escoger, solo di de qué los quieres.
Insistimos, son nuestro menú de todos los días, pero también de celebraciones y festividades especiales porque los hay de todos los sabores, colores y para todos los gustos.
Por su versatilidad se han ganado un lugar en nuestro corazón, pero sobre todo en nuestra “pancita”, son un “tentempié”, pero a veces, nuestro plato fuerte.
Es más, son tan importantes los tacos en nuestra gastronomía y en nuestro día a día que Baruch Sanginés, geógrafo de la UNAM, se dio a la tarea de geolocalizar todas las taquerías del país.
De acuerdo a la publicación de GlobalUNAM, realizada por Fabiola Méndez, reseña que el geógrafo y demógrafo por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, se dio a la tarea de ver gráficamente dónde se ubican la mayor cantidad de puestos de tacos.
Basado en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, desarrolló el Mapa del Universo del Taco, donde plasmó la distribución de las taquerías en todo el país.
El mayor número se ubicó en las ciudades donde hay mayor población, como la Ciudad de México en donde el 95 por ciento de la gente tiene un puesto de tacos a 400 metros de su casa.
De acuerdo con el análisis, se mapeó a 1.6 millones de taqueros en nuestro territorio, de tal forma, que tan sólo caminar cinco minutos se accede a un puesto de tacos.
Luego de la Ciudad de México, el segundo lugar lo ocupa Monterrey con 75 por ciento y Guadalajara con 66 por ciento.
Ya ven, que les digo: tacos, tacos, tacos… y más tacos a tal grado que no es extraño que sea un platillo de los más simbólicos de la gastronomía mexicana.
Cómo imaginar que una sencilla tortilla, el relleno y las salsas (componentes de un taco) tengan tanto empuje para saciar a los paladares más exigentes.
De acuerdo al Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la tortilla, que le da estructura al taco, elaborada a base de maíz es absolutamente básica.
El tamaño de la tortilla puede variar, pues no es la misma proporción que tiene la de los tacos de suadero o al pastor, que la de los tacos de guisado o de carnitas. Para los de suadero y pastor, la tortilla suele ser más pequeña, mientras que para los otros, su tamaño es regular.
Y qué decir del relleno, de esta característica derivan un sin fin de opciones, pues los mexicanos podemos armar un taco con cualquier comida, de ahí es que vienen los típicos tacos de guisado.
Pero también pueden ser de un tipo de carne en especial, por ejemplo, de carnitas, al pastor, que se realizan con carne de cerdo, mientras que los de suadero y bistec derivan de la carne de res.
El SIAP señala que intentar elaborar una categorización de los tipos de tacos mexicanos es un reto verdaderamente abrumador, pues la gran variedad que podemos encontrar en nuestro país no es algo que se pueda tomar a la ligera, así que aquí solo se enlistan algunos de los más conocidos:
Tacos al pastor, de canasta, dorados, de barbacoa, de carnitas, de guisados (y de aquí también se desprende otra gran variedad) de carne asada, de suadero, de pescado, de bistec, de cochinita, los llamados tacos gobernador, de birria, de tripa, de cabeza, de cecina, no olvidemos el taco placero, de arrachera, de carne adobada, de lengua, de ojo, de escamoles, de chapulines, de… hasta dónde la imaginación nos dé.
Están también los tacos veganos, de papa, de buche, los campechanos, de alambre y de machitos, entre muchísimos otros más… y así como vamos, hasta de sopa o de caldo…jajajaja, para tacos nadie nos gana.
Por último, la salsa como elemento fundamental de un buen taco es imprescindible, pues es un complemento que incrementa e intensifica los sabores.
Para pobres y ricos
Según este organismo, los tacos en México no siempre fueron consumidos por toda la población. Durante la época del Porfiriato, lo consumía el sector popular de la población, ya que era la base de la alimentación de los obreros, campesinos y trabajadores, mientras que para las clases altas era prácticamente desconocido.
Esto cambió en la época posterior a la Revolución, pues fue entonces que el taco se extendió de manera generalizada en todos los estratos sociales, siendo consumido desde las mesas más humildes hasta las más acomodadas.
Y siguiendo con los elementos que conforman un taco… ya hasta se me antojaron unos de cochinita pibil, ¡ufff!, según los expertos, para preparar un buen taco se requiere tener una tortilla que no se rompa, un ingrediente cualquiera encima y una buena salsa.
Y para disfrutarlos, no hay hora, pero sí hay códigos sobre qué tipo de taco se puede comer: de barbacoa y carnitas en la mañana o a mediodía; de pastor, prácticamente son como para la tarde y tarde noche.
Pues como se los quieran comer, en la mañana, en la tarde o en la noche, y de lo que se los quieran comer, la verdad es que cuando el tiempo apremia y el hambre nos embarga, los tacos no fallan, hasta de arroz con su huevo cocido o de queso con sus “rajas” de chile cuaresmeño o con chile verde de amor…didas.
Y ustedes qué dicen, ¿de qué nos comemos un taco? PdC.