CDMX, Abril 16/24.- La enfermedad de Párkinson afecta principalmente a adultos mayores en el mundo; se estima que mientras más envejezca la población habrá mayor prevalencia de este padecimiento.
Actualmente más de seis millones de personas en el orbe la presentan; se calcula que para 2040 la cifra se duplique, asegura el investigador del Instituto de Neurobiología de la UNAM, Pavel Ernesto Rueda Orozco.
Entre más aumenta la expectativa de vida, afecciones neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson son más prevalentes y comienzan a constituirse en problemas emergentes de salud pública, porque impactan a más personas.
El doctor en Ciencias Biomédicas, explica que el Párkinson lesiona principalmente circuitos neuronales involucrados con el control de conductas motoras y el movimiento, en particular los circuitos de los ganglios basales.
Se relaciona con la muerte de las neuronas dopaminergicas de la substantia nigra pars compacta.
Es una región del cerebro con miles de neuronas que se encargan de liberar el neurotransmisor conocido como dopamina, hacia un grupo de núcleos denominados ganglios basales.
“Al morir las neuronas dopaminérgicas, los ganglios basales se quedan sin dopamina, lo que ocasiona una actividad neuronal anormal, con una ritmicidad patológica y que genera sintomatología motora muy clara: temblor, rigidez, dificultades para controlar la postura, la marcha, entre otras, precisa.
El líder del Laboratorio de Neurofisiología de los Hábitos Motores, refiere que estos signos se presentan ya que ha muerto de 80 a 90 por ciento de las neuronas dopaminérgicas de la substantianigra pars compacta, y el proceso degenerativo que les ocasiona el deceso no puede detenerse.
Desafortunadamente, “no se conoce cómo evitarlo”, cometa también el integrante del Sistema Nacional de Investigadores nivel II, quien abunda que el problema fundamental es que la sintomatología motora llega a ser incapacitante y los pacientes requieren de tratamientos.
Respecto al tratamiento, señala que en la mayoría de los casos empiezan a funcionar estos procedimientos en alguna etapa del párkinson, y después se tienen que sustituir.
Incluso, algunos llegan a ser demasiado invasivos, como los implantes de electrodos de estimulación cerebral profunda, para tratar de interrumpir las oscilaciones patológicas que se presentan.
De acuerdo con el especialista, parece ser más frecuente en los hombres, aunque no significa que la prevalencia en mujeres sea menos importante.
Actualmente los estudios se enfocan en varios aspectos: se busca conocer cómo progresa, cuáles son los mecanismos moleculares neuronales relacionados en su avance, cómo van muriendo las neuronas, cuáles serían los sustratos que ocasionan su muerte, a fin de poder detener estos procesos.
Con otras investigaciones se trata de entender cómo funcionan los circuitos neuronales motores para producir conductas normales y cómo es que, en condiciones patológicas, como la enfermedad de Párkinson, se afecta su funcionalidad.
“Es decir, aún sin poder entender la muerte de las neuronas, buscar algún tipo de estrategia para mantener la actividad neuronal adecuada y disminuir la sintomatología motora”, indica el académico. PdC.