CDMX, Diciembre.- Reza un viejo dicho: “ojos que no ven, corazón que no siente” o lo que es lo mismo: si no lo veo no existe o que no pasa nada y damos por hecho que todo marcha bien; así la lógica de personas con obesidad, y es que dicen los expertos que si no percibimos que tenemos kilos de más, esto podría implicar una falta de acción para bajar de peso y por ende un deterioro para la salud.
Nadie despierta con obesidad de un día para otro, es un proceso que nos lleva a acumular grasa día tras día, y muchas veces eso ocurre por debajo de nuestro umbral sensorial, esto es, no somos capaces de percibir la acumulación de peso con el tiempo ni de nuestra imagen corporal.
Durante la conferencia a distancia “Percepción de la obesidad. ¿Nuestros sentidos nos engañan?” la académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Dagmara Wrzecionkowska, comentó que si no nos percatamos de ese hecho no actuaremos, no haremos ejercicio, ni modificaremos nuestra dieta, de ahí la importancia de hablar de la percepción en el contexto de la obesidad.
Refirió la existencia de estudios que señalan que somos inconscientes del rango de peso que tenemos. Por ejemplo, 49 por ciento de las personas con sobrepeso no eran conscientes de ello, pensaban que tenían normopeso (peso que se considera saludable). Por otra parte, cerca de 90 por ciento con obesidad no advertían su estado.
Solo nueve por ciento de las personas obesas, diagnosticadas por un profesional en salud, percibían que tenían obesidad, aunque seis por ciento de los no valorados se identificaron correctamente como obesos. En su mayoría, la población con esa condición no toma conciencia de esos kilos extra, insistió la también economista.
Señaló que además de la báscula, un indicador para detectarlos es la ropa; sin embargo, hoy cada vez más un número importante de nuestras prendas son elaboradas con telas elásticas, además, lo que antes era una talla grande ahora es mediana.
Comentó que como parte de un estudio realizado con alumnas de la Facultad de Medicina de la UNAM, se evaluó la actitud anti obesidad (antifat attitudes) y si ésta puede verse influida al mirarse al espejo o subirse a una báscula. En este caso, las estudiantes conocían bastante bien su peso, pero no todas podrían identificar su rango.
Explicó que la antifat attitudes, se refiere a la intolerancia hacia la obesidad, actitud discriminatoria que perjudica a una persona con obesidad o sobrepeso, además de los problemas de salud que pudieran afectarle, así como su influencia en la autoestima.
Nombrar la obesidad como una enfermedad puede influir en la percepción que tenemos de ella como algo fuera de control o, por el contrario, un estímulo propio para cambiar esa actitud. A veces, con una técnica motivacional se puede lograr la meta de disminuir los kilos que sobran.
Al respecto, en el Centro de Ciencias de la Complejidad, en colaboración con la Facultad de Psicología, se estableció un programa por medio de tres elementos: actividad física, alimentación con conteo de calorías y motivación. PdC.