CDMX, Diciembre.- La pandemia vino a trastocar toda convivencia social, y las costumbres funerarias no fueron la excepción. Los protocolos sanitarios establecieron modificaciones a los rituales de preparación del cuerpo, los cortejos funerarios y el novenario.
La reunión de familiares y amigos para velar al ser querido, así como el cortejo fúnebre, los abrazos para dar el pésame y el novenario son algunos de los rituales que tuvieron que cambiar aun cuando son costumbres muy arraigadas.
A decir de Lilia Escorcia Hernández, especialista del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM, las costumbres funerarias, una vez que la pandemia desaparezca, los ritos mortuorios serán como normalmente se realizaban.
“volveremos a unirnos para acompañar a una persona fallecida”, aclara la investigadora del Laboratorio de Antropología Forense.
La doctora por la UNAM explicó que en México existen elementos de acompañamiento a las personas fallecidas, que tienen su origen antes de la llegada de los españoles, pero la pandemia vino a impactar los enterramientos y su característica ritualizada, porque no se puede estar cerca de los deudos.
La mayoría de las personas que han fallecido por la COVID-19 son incineradas, lo cual es un reto para numerosas comunidades que se niegan a hacerlo, porque insisten en que deben ser enterrados en un espacio físico.
Sin embargo, los protocolos de la emergencia sanitaria trastocaron esta ritualización y deben ser incinerados.
En el caso de aquellos que se inhuman, el ataúd debe ser sellado en el hospital, los familiares no pueden acercarse y, en ocasiones, se les coloca papel film para que nadie pueda ver el cadáver, porque se debe inhumar de inmediato y esto impide que se lleve a cabo la velación y el duelo se acorta, señala la investigadora.
Lo que continúa es el acompañamiento de los dolientes en la llamada novena, aunque no debe haber tanta gente ni en los velatorios ni en las casas. Ha sido un elemento crítico por la pandemia, que tiene que ver con las emociones, con el duelo, pero continuarán con los ritos funerarios. PdC.
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