Miscelánea

Es lindo vestir ropas nuevas, pero contaminamos

CDMX, Enero.- Uf! y tan agradable que es vestir ropa nueva y bonita; la expresión es porque me enteré que la industria textil es de las más contaminantes del medio ambiente por las aguas residuales, las emisiones de carbono y los desechos textiles que genera.

Veamos que nos dicen los que saben sobre el tema:

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), refiere que en la Ciudad de México se desechan tres mil 700 millones de toneladas de residuos textiles al año, sobre todo de ropa de cama e interior, así como cortinas, y sólo se recicla el uno por ciento.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera que la producción en esta industria es de las más dañinas y contaminantes para el medio ambiente, ya que es responsable de 20 por ciento de las aguas residuales globales y 10 por ciento de las emisiones totales de carbono.

De acuerdo con información del portal de la organización ambientalista internacional Greenpeace, la contaminación que genera la producción de ropa es de aproximadamente 500 mil toneladas de microplásticos al año que llegan a los océanos. Además, se estima que 73 por ciento de las prendas producidas anualmente termina incinerada o en basureros, lo que contribuye a la polución del suelo y aire.

El responsable del área de Consumo Sustentable en la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (COUS) de la UNAM, David Sébastien Monachon, comenta que se requiere hacer cambios en el consumo excesivo de productos como los textiles, cuya producción y comercialización no son sustentables.

La indagación y la educación ambiental son el mejor respaldo que puede haber antes de consumir productos textiles.

Por eso, David Monachon sugiere que primero debemos reflexionar si realmente es necesario comprar más prendas de vestir.

En caso de que sí se consuma, revisar la calidad de los tejidos para cerciorarse que la prenda durará más tiempo y alejarse de los eslogan que pretenden vincular las formas de consumo con la identidad o la culpabilidad, sentirse ‘cool’ o comprar ‘verde’ no es necesariamente sustentable.

Dice que para evitar más desperdicios y contaminación ambiental existen otras alternativas, como dar un segundo uso a las prendas de vestir o llevarlas a tiendas comerciales que fomentan el reciclaje textil.

O también optar por bazares donde se les da a las prendas una segunda oportunidad, pero antes de todo, debemos reducir nuestro consumo, alejarse de las modas ‘yoyo’”, aconseja el académico.

“Parece que el deseo de consumo es infinito mientras que la realidad es que vivimos en un planeta que ya está alcanzando sus límites, se están deteriorando los recursos naturales, además de consumir los de las próximas generaciones”, alerta David Sébastien Monachon. PdC.

 

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