Viajar por nuestro país es maravilloso, no importa a que estado vayas, al norte, al sur, al este, al oeste… para donde decidas ir cada poblado tiene lo suyo, ya sea por sus calles, leyendas, por su cultura o por sus costumbres. Hay lugares que reúnen todo, belleza en su naturaleza y en sus zonas arqueológicas, y Tulum es uno de esos sitios que encanta a propios y extraños.
Hoy les queremos platicar de la zona arqueológica de Tulum que está a más o menos una hora de Playa del Carmen, que de seguro ya han de conocer, pero recordárselos les traerá buenos recuerdos.
Para entrar a ver los monumentos se puede hacer de manera lenta o rápida, ustedes escogen, por lo pronto aquí les contamos nuestra experiencia.
El costo por la entrada a la zona es de $80.00. Al llegar al lugar nos encontramos con diferentes locales que ofrecen paquetes para entrar: por un recorrido en lancha y snorkel, el precio promedio fue de $600.00, en este caso el beneficio es la entrada inmediata sin hacer la cola de 45 minutos para comprar el boleto y luego otro tanto para tener acceso a la zona; no sé si esto es normal o fue por cuestión de vacaciones.
En fin, tomamos el paquete y con nuestros pases VIP pasamos a la zona arqueológica; fue imponente al entrar y ver parte de la zona que quedaba a nuestra vista, que es hermosa; yo sé bien que cada momento tiene su propia belleza, pero a mi me gustó más Tulum que Chichén Itzá, además el costo del boleto es más accesible.
El guía nos comentó que en el siglo XVI designan al sito como “Zamá” que significa en maya “mañana o amanecer”, y el nombre de Tulum es reciente, la traducción es “muralla o palizada”, esto por una muralla que aún se conserva y delimita el conjunto principal por sus lados norte, sur y oeste y por el oriente da al mar Caribe; tiene cinco accesos y dos torres de vigilancia.
El Castillo, es el basamento más alto de Tulum y frente a este se encuentra una plataforma para danzas, también está el Templo del Dios Descendente, el Templo de los Frescos, la Casa de las Columnas, la Casa de Halach Uinik, la Casa del Cenote y el Templo del Dios Viento.
Hay una escalera para bajar a la playa y poder disfrutar un momento agradable, pero por la época está cerrada, ya que es la temporada de desove de las tortugas y por lo mismo el lugar se encuentra protegido para que desoven sin ninguna interrupción.
Al finalizar la visita a las ruinas, el recorrido continuó en otra playa; ahí iniciamos el viaje por lancha para hacer snorkel.
Fue un día muy divertido y relajante; ver todas las edificaciones es impresionante al grado que sin querer surge la clásica pregunta: ¿cómo pudieron construirlos sin tener la tecnología con la que ahora contamos?
Qué más puedo decir, viajar por nuestro país es maravilloso. Quienes ya conocen Tulum, cuéntenos su experiencia y quienes aún no, por favor! no pierdan la oportunidad de visitarlo. PdC.