Ayer fue el Día Internacional de la Mujer y lo conmemoramos todas en general, algunas marchando y protestando, otras explicando a nuestros hijos por qué este día y qué significa para nosotras el tener presencia.
Pero hoy 9 de Marzo, se pide que dejemos de trabajar y nos unamos en una sola alma para que el mundo vea lo indispensable que somos. Y esto no es demeritar a los hombres, no, ellos también son importantes en la vida, pero… cuando se habla de igualdad, las mujeres salimos perdiendo en todos los sentidos: amor, familia, dinero, trabajo, salud, seguridad, etc.
Qué pasa si dejamos de estar activas, tal vez nada; tal vez no cambie la vida para muchas personas que sienten y creen que una mujer tiene un valor más bajo que un artículo. Sin embargo, para cada una de nosotras puede significar el ser visibles para alguien de nuestra familia, empresa, compañero o hijos. Bien dicen que el silencio es más escandaloso y ahora sí nos escuchen.
El estar de brazos caídos es solamente el hecho de que vean que sin un miembro de la sociedad la vida se paraliza; el mundo no camina a la perfección como suele hacerlo todos los días; el que no estemos presentes en centros de trabajo hace que la “chamba” se cargue en otras personas del equipo y que de igual manera no se pueda realizar de forma correcta porque faltan miembros para ayudar a resolver las cosas.
El que una mujer que está en casa no esté al pendiente de los pequeños grandes detalles hace que el hogar no camine como todos estamos acostumbrados y que es cuando valoramos el hecho de que una mujer esté al frente.
Es mostrar que debemos tener igualdad en todo, en la seguridad que nos brindan, en el sueldo que percibimos, en las tareas compartidas, en la crianza de los hijos, en la vida en general.
En México somos 65 millones de mujeres en comparación con 63.1 millones de hombres, así que pensemos como sería la vida de todos si esa fuerza femenina no estuviera presente.
Hombres las mujeres somos sus abuelas, sus madres, sus hermanas, sus esposas, sus compañeras, sus amigas, no permitan que su machismo nos haga daño; desde casa pueden comenzar hacer el cambio, NO más violencia intrafamiliar.
Mujeres, México ha sido un país con un machismo ancestral y que poco a poco se ha ido modificando, no tan rápido como quisiéramos pero que va avanzando poco a poco, de nosotras depende que las siguientes generaciones cambien el chip y vean lo valioso que es vivir en la igualdad de género.
Mujeres, madres, no alimentemos el machismo en nuestros hijos varones, y a nuestras hijas enseñémosles a decir YA BASTA, a levantar la frente y nunca más a ser sometidas.
Nada de calladitas nos vemos más bonitas, NO, es momento de hablar de expresar lo que sentimos, pensamos y creemos y es tiempo de que el mundo escuche lo que deseamos. PdC.
Por Colette.