¿Cómo ven?, investigadores desarrollan una metodología para medir el nivel de diseminación de la COVID-19 en zonas localizadas del país monitoreando el virus SARS-CoV-2 y fármacos que se usan contra esta enfermedad en aguas residuales.
Pongamos atención porque esto sí que es interesante…
Desde que inicia el periodo de latencia hasta que concluye la COVID-19, el paciente excretará partículas virales (unas activas y otras inactivas) y posteriormente residuos de los fármacos que ha tomado como tratamiento.
Con base en ello, se puede establecer el nivel de diseminación de la enfermedad en una población monitoreando la carga de virus en el agua del drenaje, explica Yolanda López Vidal, académica de la Facultad de Medicina.
“Este ejercicio implica hacer un seguimiento de los restos del material genético del virus (ARN), a través de sofisticados métodos de purificación y análisis en muestras tan complejas como el agua del drenaje”.
La UNAM desarrolla el proyecto “Potencial de diseminación ambiental de SARS-CoV-2; un enfoque de riesgo a partir del suelo y ciclo urbano del agua en el centro de México”.
Los objetivos de la investigación son estimar la tasa de diseminación del virus y los fármacos utilizados en el tratamiento de la COVID-19; dar seguimiento a la inactivación del virus y a las variaciones en la concentración de los fármacos a lo largo del ciclo urbano del líquido.
Otro de los objetivos es evaluar el riesgo de llegada del virus activo a los campos agrícolas, como el del Valle del Mezquital, que se riegan con el agua residual de la Ciudad de México
Los investigadores y sus colegas tienen 12 puntos de muestreo entre la salida del agua residual de la Ciudad de México y su llegada al Valle del Mezquital.
La red de alcantarillado del Valle de México es amplia, el desafío consistió en identificar las zonas de la urbe en las que se tomarían las muestras hasta llegar al estado de Hidalgo.
También se consideraron de la entrada y salida de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Atotonilco, la cual trata hasta 30 por ciento del agua sucia producida en la capital. En el Valle del Mezquital se recolectaron en los canales que transportan el líquido de riego, así como de los manantiales y pozos que reciben el agua negra infiltrada tras el riego.
A lo largo del monitoreo de sustancias farmacéuticamente activas en el agua residual de la Ciudad de México los científicos encontraron la recurrente presencia del antiinflamatorio dexametasona, el antibiótico azitromicina y el antiparasitario ivermectina, medicamentos sistemáticamente recetados a los pacientes infectados con COVID-19 en diferentes grados de severidad.
Las concentraciones de los fármacos a lo largo del monitoreo están en niveles de microgramos por litro, y muestran cambios que son consistentes con los números de casos positivos reportados por la autoridad sanitaria. PdC.