Los marcadores epigenéticos llamados microARNs, pequeñas moléculas de ARN que regulan la expresión de los genes de manera compleja, son los que participan en la compulsividad, motivación y resistencia al castigo, conductas asociadas a la adicción a los alimentos.
Revela el estudio de Rafael Maldonado López, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, España, quien participó en el seminario sobre Neurociencias y Adiciones del Laboratorio de Cannabinoides de la Facultad de Medicina de la UNAM (@FacMedicinaUNAM).
El científico español señala que el papel de la epigenética en la vulnerabilidad a la adicción a la comida, abre la puerta para poder identificar biomarcadores de diagnóstico precoz para poder desarrollar terapias futuras mediante la modificación de la expresión de los microARNs.
Los tres marcadores identificados son: miR 29C, miR 137 y miR 665, y se demostró que la expresión de estas moléculas está asociada con la adicción a la comida.
“Se define el criterio de adicción a la comida basado en los criterios de adicción a drogas, en esa alteración del comportamiento. Consiste en persistencia a la respuesta, la insistencia en la búsqueda de comida, con una motivación enorme y consumo a pesar de sus consecuencias negativas”, plantea Maldonado López.
Los expertos se plantearon por qué hay individuos que son resilientes, mientras que otros son adictos. La respuesta la encontraron en los factores epigenéticos, es decir, aquellos externos del ambiente que modifican la expresión de los genes.
En un estudio actualmente en proceso, Maldonado y sus colaboradores estudian la microbiota intestinal, en específico la función de algunas bacterias presentes en nuestro cuerpo que se relacionan con la adicción a la comida.
Hasta ahora, han encontrado que existe una relación entre el intestino y el cerebro, y que la microbiota podría contribuir en algunas funciones cerebrales concretas. PdC.
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