Combatir el calentamiento global y el cambio climático es una lucha del día a día a la que los seres humanos nos estamos enfrentando, por ello para evitar el despilfarro energético y el impacto en la Madre Naturaleza se debe aplicar un modelo económico para contribuir con un desarrollo verde.
Este concepto permite aprovechar los recursos para darles un segundo uso y volverlos a colocar en el mercado de una nueva forma.
Este es un innovador modelo que aboga por los materiales biodegradables y para que la fabricación de los productos sea lo menos invasiva posible, con el fin de que no contaminen. El objetivo final es que, cuando haya que desecharlos porque no se puedan reutilizar, se reciclen de una manera respetuosa con el Planeta.
De acuerdo con la Organización Mundial del Trabajo (OIT), esto no sólo ayudará al planeta sino que también el cambio contribuirá a la creación del empleo verde e inclusivo, cerca de 24 millones de empleos para 2030, así además se protegerá a la población más vulnerable.
El modelo de producción verde y consumo implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear valor añadido y extender el ciclo de vida de los productos.
Sin duda combatir la huella de carbono y el desafío de las emisiones no es una tarea fácil, tenemos un compromiso con los seres vivos (hablando de flora y fauna) y de las nuevas generaciones de humanos.
Ahora sabemos que es imprescindible aprovechar los recursos de una forma sostenible evitando su muerte y reduciendo los impactos sobre la naturaleza mediante un cambio a un modelo circular, esto es crear conciencia y agradecer al Planeta que nos haya permitido pisar su tierra y darnos asilo.
¿Y tú qué harás para abrazar el espacio donde vives? VTL/PdC.
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