Como ha sido de generación en generación, las mujeres que son madres siempre se han enfrentado a muchos retos, y esto que ha sucedido con la pandemia no es la excepción; ahora que ya se ha regresado a la dinámica normal de la vida, tendrán que dar la batalla a la culpa que sienten por dejar solos a los hijos por mucho tiempo otra vez.
Y es que por su situación laboral o profesional no les queda otra opción que dejar a sus hijos por muchas horas en guarderías o pedir el favor de su cuidado a familiares; situación que les genera un sentimiento de inconformidad, al no estar seguras de que están actuando correctamente.
Ahora que prácticamente todos las personas en edad laboral están regresando a sus rutinas de trabajo como eran antes de la pandemia, en las madres trabajadoras se está presentando con mayor agudeza un sentimiento de culpa por dejar a sus hijos pequeños e incluso adolescentes, mucho tiempo sin su cuidado.
Principalmente a las madres les está costando mucho trabajo desprenderse de sus hijos, luego de dos años en donde las familias prácticamente no se despegaron y ahora todo vuelve a la normalidad, comenta la doctora Claudia Sotelo Arias, especialista en psicología infantil.
Todo ello motiva algunos conflictos derivados de la culpa. A decir de la experta, con frecuencia se ve que se presenta un relajamiento de la disciplina de los niños, los límites se rompen y algunas mujeres pierden autoridad para guiar a sus hijos.
De acuerdo a Claudia Sotelo, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI), la competencia laboral que enfrentan muchas madres mexicanas, debido a que los empleos son escasos, las sitúa en la disyuntiva de sacrificar tiempo con sus hijos para obtener mayores recursos o superarse laboralmente hablando.
“También se presenta que en muchas madres sí prevalece la competitividad sobre la maternidad. Las mujeres están más preocupadas por su realización interna que por ser madres, pero llega un punto en la vida que hay que pagar factura y es cuando ellas se encuentran dentro del problema descrito”, señala la doctora Sotelo Arias.
La maestra Susana Salazar Gómora, psicóloga de niños de CEEPI, explica que este efecto se presenta con mayor crudeza en las madres solteras y las mamás que son el sostén económico principal del hogar.
“A lo anterior se suma que ahora las mujeres son más instruidas y letradas, sobre todo en las áreas urbanas. Tienen mucha información que les dice cómo ser una buena madre y al final esto puede generar confusión, angustia y culpa si es mal interpretada dicha información”.
Ante esta situación, estos son los escenarios que han detectado las especialistas de CEEPI:
*Las mamás que regresaron a trabajar todo el día fuera de casa y se sienten incapaces de imponer disciplina con sus hijos debido a la culpa que le genera no estar con ellos. Lo frecuente es que los compensan con muchos regalos y les cuesta trabajo ponerles límites.
*Mamás que tuvieron escenarios traumáticos en su infancia y que temen repetirlos con sus hijos y suelen ser indulgentes con ellos. “Es necesario hacer una diferenciación de lo que se fue a lo que son actualmente los hijos de uno. El contexto no es el mismo y las personas cambiaron. Puede ser un parámetro pero nunca es bueno irse al polo opuesto”, considera la maestra Salazar Gómora.
*Madres divorciadas que estrenan pareja y se sienten culpables con sus hijos por esta razón. “La madre tiene que quitarse la culpa porque en la medida que ella se sienta mejor como mujer, lo hará mejor como madre”, refiere la doctora Claudia Sotelo Arias.
En cualquier caso cuando el escenario se torna ingobernable y los límites entre madre e hijo son inexistentes lo mejor es acudir a la ayuda de un profesional, recomiendan ambas especialistas. PdC.
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